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¿Sabes qué es mejor que un destino fantástico? Un lugar que se transforma. Y sí, por sorprendente que pueda parecer, un mismo paisaje puede cambiar por completo en cuestión de horas por fenómenos naturales. Si quieres vivir un viaje único, no te pierdas los 4 destinos que cambian con la marea. ¡Te vas a enamorar de ellos!
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Puente Vauxhall – Londres (Inglaterra)
Seguro que no te esperabas que en Londres, uno de los lugares más visitados del mundo, pudieras encontrar un paisaje que cambia con la marea. Efectivamente, Londres tiene muchos atractivos, pero uno que no conoce mucha gente se encuentra junto al puente Vaushall. Cuando baja la marea, algo que sólo ocurre durante unas pocas horas al día, podemos comprobar cómo surgen las esculturas de cuatro jinetes montados en sus caballos. ¡Una pasada!
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Monte Saint-Michel – Normandía (Francia)
El monte Saint-Michel cuenta con una abadía benedictina, la cual es considerada uno de sus atractivos turísticos más demandados. Pero, ¿a qué se debe? No es que sus muros de los siglos XI y XVI sean poca cosa, pero el propio paisaje es capaz de arrebatarle todo el protagonismo cuando se acerca la noche, y lo que es un pequeño levantamiento se convierte en una auténtica isla. Durante el día puede observarse que hay un camino de piedra para conectarla con el resto de pueblos, pero la marea acaba subiendo hasta 15 metros de altitud, haciéndolo inaccesible por completo. Afortunadamente, hace poco construyeron un puente por el que sí puede accederse para disfrutar de este precioso paisaje, sea la hora que sea.
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Monte St. Michael – Cornwall (Inglaterra)
No es casualidad que este monte tenga el mismo nombre que el de Francia, y es que no sólo pertenece a la misma orden, sino que además expone un paisaje muy similar al anterior. En este caso podrás encontrar el castillo que fue residencia oficial de Lord St. Levan. El efecto que se puede observar es el mismo: con la marea, el camino de piedra que da acceso al mismo desaparece, convirtiéndolo en una pequeña isla.
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Manjuyod White Sandbar – Negros Oriental (Filipinas)
Si te gusta el mar, este será el lugar de tus sueños. Manjuyod es un pequeño trozo de desierto de arena blanca decorado únicamente con las pocas cabañas de quienes lo habitan. O eso es lo que parece, porque cuando sube la marea todo queda cubierto por aguas cristalinas que sólo dejan a flote las cabañas y los barcos que utilizan para dirigirse a otro lugar. No obstante, este lugar es fantástico para ser admirado durante todo el día, ya que cuando vuelve a bajar la marea podemos encontrar simpáticos animales como cangrejos paseándose por la zona. ¡Recomendadísimo!
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