El smoothie de apio es una receta para hacer una bebida desintoxicante, deliciosa y refrescante. A menudo, durante las vacaciones, tendemos a relajarnos y exagerar un poco con la comida… quizás nos dejamos llevar un poco por los helados, un poco de pescado frito, un poco de comida basura… Comienza el día con este batido y lleva a tu cuerpo hacia el equilibrio adecuado.
Desintoxicar el cuerpo es liberarlo completamente de las toxinas que se forman en nuestro organismo debido a los alimentos que comemos, el agua que bebemos y el aire que respiramos. Hay varios alimentos que ayudan al cuerpo a deshacerse de lo «malo» y entre ellos está el apio.
El apio es una planta que se cultiva principalmente en el Mediterráneo. El sabor delicado e intenso aroma hacen del apio un vegetal particularmente apetecible y sabroso que tiene varios beneficios para el cuerpo. El apio se compone de 90% de agua y 10% de fibras, proteínas, sales minerales tales como el sodio, potasio, fósforo, calcio y hierro, y vitaminas esenciales tales como C y K. En el apio también encontramos una fuerte presencia flavonoides, poderosos antioxidantes que retardan la formación de radicales libres y contrarrestan el envejecimiento celular. Gracias a sus nutrientes, el apio ejerce una función purificante y mineralizante de todo el organismo. También tiene una función calmante y antidepresiva que influye a todo el sistema nervioso. Además de las propiedades del apio, tiene un efecto beneficioso sobre la presión arterial. Pero no sólo eso.
La vitamina K es beneficiosa para los huesos y la circulación sanguínea. Quien consume zumo de apio regularmente debe saber que tonifica y limpia la piel desde el interior y alivia los dolores reumáticos. Cuando se diluye con agua, es un excelente descongestionante para los ojos. En el caso de las quemaduras solares, que pueden hacer compresas con el zumo del apio para calmar la piel.
Ingredientes
- 2 tallos de apio
- 2 ciruelas amarillas maduras
- Jengibre fresco o en polvo
Preparación
- Lava y sin quita las hebras al apio. Córtalo y pásalo por una licuadora.
- Lava las ciruelas, quita los huesos y añádelo a la licuadora.
- Añade el jengibre en polvo o rallado, al gusto, y echa un chorrito de agua fría o unos cubitos de hielo.
- Mezcla todo a velocidad mínima y sírvelo muy fresco, con unas hojas de menta. Añade hielo si es necesario.