[galleria id=»6477″]Príncipes de Asturias en la entrega del Premio de Periodismo “Francisco Cerecedo”. Los Príncipes de Asturias han sido los encargados este año de presidir estos premios que otorga la Asociación de Periodistas Europeos. Rodeada de compañeros de su antigua profesión, la Princesa Letizia acompañó a este acto a su marido que fue quien entregó el premio al galardonado y tuvo unas palabras de felicitación hacia él, y hacia la importancia que el periodismo tiene hoy día y el buen uso que debe hacerse de él. Seguro que este fue un día en el que a doña Letizia le vinieron muchos recuerdos de cuando ella ejercía esta profesión.
El martes 20 de noviembre se celebró en el Hotel Ritz de Madrid la XIX edición del Premio “Francisco Cerecedo”, en el que se entrega un premio con valor económico y una medalla, obra del escultor Julio López Hernández.
Los grandes protagonistas de la jornada fueron el Príncipe Felipe y la Princesa Letizia, encargados de presidir el acto y entregar el premio de este año al canadiense Michael Ignatief, un periodista, intelectual y ex político que ha sido premiado por su trabajo en defender la ética sobre el nacionalismo violento y acabar con las diferencias religiosas y étnicas.
Antes de convertirse en la esposa del futuro rey de España, Letizia Ortiz trabajaba en el mundo del periodismo, por lo que en esta cita se reencontró con antiguos compañeros de profesión. Hoy día su papel ha cambiado, y en lugar de dar la noticia es parte de ella, pero conoce bien este mundo y el daño que puede hacer la opinión pública si la información no se maneja de forma adecuada, y por eso respecto a su hijas es demasiado protectora y trata de evitar que salgan fotografías suyas a la luz cuando acuden a fiestas de cumpleaños con niños.
Durante su discurso, el Príncipe Felipe, que vestía traje de chaqueta y corbata azul, dio la enhorabuena al galardonado y valoró su trabajo, además de recordar el propósito de la prensa libre, en el que deben destacar la “honradez y la limpieza” para que ésta siga “siendo imprescindible”.
La Princesa, cuyo ex marido ha aparecido hace poco en las portadas de revistas, volvió a derrochar elegancia con un vestido negro por encima de las rodillas, con transparencias en las mangas y en parte de la espalda. Por la parte de delante, en una franja central llevaba un estampado plateado con pedrería. Como complemento escogió una cartera también en negro y unos zapatos de tacón en color nude muy altos, calzado muy habitual en la Princesa de Asturias.