Constantemente cometemos errores a la hora de elegir un sujetador o guardarlo adecuadamente, pero no lo sabemos. Y de repente, ese sujetador preferido se nos rompe o nos comienza a hacer daño. Te contamos cuáles son los errores más comunes que cometemos con los sujetadores y cómo solucionarlo.
1. Comprar un sujetador que nos quede apretado en el último cierre
Los sujetadores se aflojan un poco con el tiempo, por lo que si compramos un sujetador que nos quede apretado alrededor de la espalda en el último cierre, cuando se estire no podremos apretarlo más. Lo ideal es que el sujetador nos quede tenso pero sin apretar demasiado en el primer cierre, para que cuando las bandas elásticas de la espalda se aflojen con el uso podamos apretarlo un poco más.
2. Usar durante años la misma talla de sujetador
Ese es uno de los errores más comunes, que además suponen dolor, incomodidad o frustración en las mujeres. No tenemos la misma talla de sujetador a los 20 años, que a los 30 o 40, porque nuestro cuerpo va cambiando con los años, lo que es algo natural. Los cambios de peso, de complexión o el embarazo o incluso los días de la menstruación, pueden cambiar la talla de tu sujetador y un milímetro puede suponer el éxito de cómo te quede. Por eso es importante que de vez en cuanto tomes tus medidas y te pruebes nuevas tallas para ver cuál es la tuya. Si quieres aprender a conocer la talla de tu sujetador pincha aquí
3. Comprar un sujetador con la copa inadecuada
No todas las mujeres tienen el pecho igual y por eso no a todas les quedan bien el mismo tipo de copas. Por ejemplo, las mujeres con mucho pecho suelen comprar sujetadores con copas completas que cubran todo el pecho. Cuando te compres un sujetador nuevo, dedica unos minutos a ponerte una camiseta fina y observa cómo te queda, si se ve alguna raya cortando el pecho. Si es así, elije una copa más grande. Si aun así no te queda, tal vez ese modelo de sujetador no sea el más acorde para tu pecho y debas elegir otro.
4. Las tiras del sujetador no quedan totalmente verticales
Si la tira del sujetador se cae hacia un lado probablemente esa no sea tu talla. Ajústala bien a tu cuerpo y si aun así se cae por el hombro, entonces definitivamente te queda grande. Hay muchas marcas de sujetadores que también diferencian las tallas por la medida de las tiras. Y si tienes problemas para encontrar un sujetador con la medida de tu copa y espalda y con una tira adecuada, opta por sujetadores con tiras extraíbles. Podrás elegir la que más se acomode al contorno de tu espalda y hombros. Por otro lado, tampoco elijas sujetadores con la tira demasiado corta que suban en exceso los pechos, puedes causarte un severo daño en ellos. Si deseas subir los pechos, elige un sujetador con relleno de tu talla, que permitan que los pechos se suban con una buena estabilidad y sin dañarlos.
5. Pensar que los sin costuras y sin alambres son para todas.
Si te gustan los sujetadores sin costuras y tipo deportivos, debes buscar uno que se adecúe a tu tamaño de pecho. No todos son válidos para todos los pechos y pueden no ofrecer la sujeción que necesitas para la salud de tus senos. Es importante entender que las costuras también ayudan a sujetar los pechos, pues están formadas por materiales más rígidos que los elásticos.
6. Usar el tamaño de barilla inadecuado
Muchos recomiendan usar sujetadores sin barillas, pero es cierto que pocos sujetadores de este tipo ofrecen la sujeción de los sujetadores con barillas o alambres. Se piensa que las barillas pueden dañar las glándulas mamarias, y esto puede suceder si no has elegido el tamaño de alambre adecuado. Las barillas deben quedar por fuera de la mama, nunca deben estar en contacto con el tejido mamario. Si es así, prueba con una talla de copa más y si definitivamente no consigues que quede como debe, prueba con otro tipo de modelo.
7. Usar el mismo sujetador dos días seguidos
Aunque no lo creas, esto puede reducir el tiempo de vida de tu sujetador. Cuando usamos un sujetador dos días seguidos, no le damos tiempo de que la banda elástica vuelva a su posición inicial, haciendo que se estire más de lo debido, desgastando las bandas elásticas. No se trata de que laves el sujetador cada vez que lo uses, sino de que lo intercales con otros sujetadores durante la semana. Los expertos recomiendan lavarlo tras el tercer día de uso.
8. Doblar las copas del sostén una sobre la otra
Definitivamente esta no es la mejor forma de guardar un sujetador, porque estropearás rápidamente la parte central del sostén y deformarás las copas. Lo ideal es guardarlo horizontalmente, colocados uno junto a otro en el cajón, sin aplastarlos. Si tienes espacio en el armario, lo mejor es que los coloques en perchas.
9. Los lavas inadecuadamente
Si tienes la costumbre de tirar los sujetadores a la lavadora o secarlos en la secadora, vas por mal camino. Si no tienes tiempo o ganas de lavarlos a mano, lo ideal es cerrar el cierre del sujetador y colocarlo en una bolsa especial para lavado de ropas delicadas cuando lo metes en la lavadora. Y siempre deja que sequen al aire libre, nunca los metas en la secadora, ya que el calor fundirá el delicado elástico de las bandas laterales.
10. Los mantienes en uso demasiado tiempo
Sobretodo en el caso de los sujetadores de uso diario, lo recomendado es que los cambies anualmente. Todo depende de cuántos tengas en rotación, pero con el tiempo y el uso, el sostén pierde elasticidad, dejando de proteger y sostener las mamas adecuadamente, que es su principal función.
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