Es inevitable. Aunque el primer mes del año llega acompañado de las rebajas, también lo hace con la temida cuesta de enero que, en mayor o menor medida, nos puede hacer apretarnos el cinturón. Para que la cuesta sea más llevadera, vamos a ver algunos sencillos consejos que también podemos poner en práctica el resto del año y que nos ayudarán a ahorrarnos unos euros en el presupuesto familiar. Y no solo eso. También estaremos contribuyendo con el medio ambiente. Consejos para ahorrar en casa de manera sostenible.
Calefacción y agua caliente ¿Sabías que casi la mitad de la energía que consumen las familias es para calentar la casa? En invierno, la calefacción supone un importante gasto para la economía familiar, gastos que miramos con lupa con la temida cuesta de enero. No se trata de pasar frío, sino de regular de manera eficiente la calefacción y evitar el derroche. La temperatura ideal debe estar entre los 19 y los 21 grados. Cada grado que subamos la calefacción puede suponer hasta un 7% más de consumo energético. Para dormir, la temperatura más saludable para el dormitorio debe estar entre los 15 y los 17 grados. Otros gestos sencillos que nos ayudarán a ahorrar con la calefacción es garantizar que las ventanas están bien aisladas para evitar las pérdidas de calor, purgar los radiadores (sacar el aire) para evitar que se forman pequeñas burbujas que impidan el paso del calor, apagar los radiadores de las habitaciones que estén vacías, evitar colocar objetos o ropa encima de los radiadores cuando estén encendidos.
El agua caliente supone, después de la calefacción, el segundo mayor consumo de energía en los hogares. Si disponemos en la vivienda de una caldera individual, el mantenimiento adecuado puede suponer un ahorro de hasta un 15% de energía. Una caldera en mal estado no solo consume más, sino que también contamina más. Asimismo, los reguladores de temperatura con termostato permiten un ahorro de entre un 4 y un 6% de energía.
Electricidad La factura de la luz, y sus subidas constantes, se ha convertido en un gasto importante para las familias. En invierno, lógicamente, se consume más, pero hay que evitar los derroches. Así, por ejemplo, para ahorrar en la luz conviene sustituir las bombillas por otras de bajo consumo, apagar siempre los aparatos eléctricos (no dejarlos en stand by porque consumen energía), evitar abrir las ventanas cuando esté puesta la calefacción o evitar dejar las luces encendidas.
Cesta de la compra Una de las mejores formas de ahorrar es comparar las diferentes ofertas que ofrece el mercado. Además conviene ir a la compra con la lista preparada, para evitar llenar el carro de productos calóricos o que no necesitamos. Comer sano es mucho más económico. Así que, además de llenar la cesta de la compra de frutas, verduras y alimentos frescos de temporada por una cuestión de salud estarás ahorrándote unos euros. Siempre que sea posible, conviene apostsar por los productos ecológicos.
Hacer listas Dos maneras de ahorrar o, al menos, de evitar gastos superfluos en el hogar. Paga en efectivo, porque si lo haces con tarjeta a buen seguro que comprarás alguna cosa más que no necesitas. Si vas a las rebajas, compra con criterio y no por impulso, es decir, aprovecha los descuentos para comprar aquello que realmente necesitas, antes de que quede en el fondo del armario sin estrenar. Y una buena manera de ahorrar, y de fomentar la creatividad, es el reciclaje.
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