Los gatos disfrutan de lo lindo afilándose las uñas en los muebles, pero puedes (y debes) ofrecerles distintas alternativas para que no acaben todos y cada uno de ellos. También tenemos remedios caseros que harán que no vuelvan a acercarse a ellos. Toma nota porque son muy efectivos y te ahorrarán más de un disgusto.
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¿Por qué lo hacen?La mayoría de las veces es simplemente para afilarse las uñas, e incluso para marcar su territorio. Se trata de algo molesto, pero totalmente normal en un felino. Sin embargo, otras veces se trata de una forma de liberar ansiedad. Para saber si tu gato araña los muebles por este motivo debes fijarte en qué lugares suele hacerlo. Si araña lugares dispersos, los marcos de puertas y ventanas, hay otros gatos cerca (bien en casa o bien en el vecindario) o acabáis de mudaros quizá la causa sea esa.
Cómo evitarloIndependientemente de cuál sea la causa, debes impedir que tu mascota destroce tu hogar. Para ello, deberás limpiar bien los muebles que haya arañado con alcohol disuelto en agua y después rociarla con algún spray que tenga un olor desagradable para ellos. Los venden en tiendas especializadas. Tendrás que seguir rociando tus muebles a diario durante un mes o hasta que veas que tu gato deja atrás su pequeña obsesión por la mesita de centro o el sofá. Si se rasca la cara contra ellos es probable que se le haya pasado.
Los cítricos son la claveAdemás de los sprays especiales para esto, puedes optar por una solución mucho más natural y económica. Se trata de frotar las mondas una naranja o un limón por los muebles que tu gato suele ‘maltratar’. También puedes esconderlas entre los cojines del sofá si le ha dado por destrozar la tapicería. El olor de los cítricos es un excelente repelente para ellos porque les desagrada mucho.
Alternativas para afilar sus uñasTu gato debe disponer de un lugar adecuado para afilar sus uñas. Debes proporcionarle un rascador lo suficientemente alto para que lo pueda utilizar a sus anchas. Puedes comprarlo en cualquier tienda de mascotas (online o física) o hacerle uno tú misma. Lo importante es que lo coloques cerca de sus lugares favoritos y tengas cuidado de que no entre en contacto con la sustancia que emplees como repelente.
Cuándo regañarleDebes hacerlo solo le pillas infraganti en algún momento. De nada servirá que le riñas cuando vuelves a casa y te encuentras la mesa hecha una pena. Él no comprenderá lo que quieres decirle. Si le ves hacerlo deberás decir un enérgico “¡No!” en voz alta y dar una palmada. Después puedes llevarle a su rascador. Nunca le pegues ni le grites, así solo conseguirás que no se fíe de ti.