Carcajadas y lágrimas. Así podemos resumir la visita de Bertín Osborne a la casa de su amigo Arévalo. Y es que, aunque se rieron de lo lindo recordando anécdotas, el mal momento que está pasando el humorista salió a relucir. La vida no le ha sido nada fácil a Arévalo que contó como ha perdido a dos hijos y en el último mes a su mujer. Historias que sacaron el lado más humano de los mellizos sobre el escenario, pero ‘hermanos’ fuera de él.
Son una de la pareja más extraña sobre el escenario, ya que sus condiciones físicas así lo reflejan. Pero Arévalo y Bertín se llevan a la perfección. Después de las carcajadas que vivimos la semana pasada con la visita de Alejandro Sanz, esta semana ha sido el presentador quien ha ido a ver a su amigo para comer una buena paella. Sin embargo, antes de las risas, hubo tiempo para recordar días menos felices.
El humorista ha recordado emocionado cómo cayó enferma su mujer de cáncer. “Yo la llevaba a la quimio y estaba con ella. Lo hemos pasado muy mal. Al cabo de tres años le dan el alta y resulta que se le subió a la cabeza y no hubo nada que hacer”, cuenta. Sin embargo, Arévalo no pierde el humor ni en los momentos más trágicos y siempre conseguía sacar una risa a su mujer haciendo el payaso. “El último año y pico, he llorado tanto. Cuando sabes que ya se va a ir. Se fue en silencio, sin darse cuenta y con la sonrisa”. Y asegura que no sólo ha perdido a su esposa: “Era mi mujer, mi madre, mi padre… era todo para mí”.
Arévalo ha tenido cuatro hijos. “El primero se murió al mes y mi hijo Kike se murió con 27 años. Era un fenómeno”, recuerda. “Cuando murió, Gila me dijo que tuviese una foto de mi hijo y la besase antes de salir al escenario. Lo hago siempre”, explica. Sus otros dos hijos son Paco, un buen actor que trabaja con él como regidor, y Nuria, que sufre Síndrome de Williams, un trastorno del desarrollo. “Ella es mi tesoro, me hace mucha compañía”, dice.
No se habla con su padre ni con su hermanaSu gran referente en quien se ha mirado siempre Arévalo es su padre, un cómico torero. “Charlot le dijo que nunca había visto una tan imitación tan buena de él y además encima con un toro”, dice con admiración. Ahora su padre tiene más de 90 años y apenas le ve porque vive con una hermana con la que no se habla. “Es una tristeza, pero he superado la muerte de dos hijos y de mi mujer. Estos años con mi mujer enferma, ella no ha llamado ni ha venido. Sé que con mi padre me he portado bien y sabe que le adoro”, sentencia.
Como puedes comprobar, no ha sido una vida fácil para el humorista, que sin embargo, nunca ha perdido la alegría y se ha encargado de hacernos reír al resto, sobre todo con sus famosas cintas de cassette. ¿Verdad?