Desde que nos despertamos hasta que nos vamos a dormir recibimos una cantidad inmensa de sonidos, los cuales debe procesar nuestro cerebro sin excepción. Esto no sólo provoca que nuestro sistema auditivo no se relaje, sino también que el cerebro envejezca antes de hora. No obstante, lo mejor de todo esto es que la solución es tan sencilla como buscar un rato de silencio para relajarnos. Te contamos los beneficios de guardar 2 minutos de silencio al día.
¿En qué te benefician 2 minutos de silencio al día?
1. Evita la sordera
La contaminación acústica de nuestros días y el uso generalizado de auriculares puede derivar en problemas auditivos en el medio y largo plazo. Descansar durante dos minutos al día ayuda a relajar el aparato auditivo y, por lo tanto, a darle cierto tiempo para que se recupere.
2. Mejora problemas de sueño
La contaminación acústica no sólo está relacionada con la sordera, sino que también puede ser el claro origen de problemas tales como los trastornos del sueño, entre los que encontramos el insomnio como el más común.
3. Elimina estrés
Detenerse durante un par de minutos al día para dejar la mente en blanco y relajarte no sólo beneficiará a tus oídos, sino también a tu Yo interior. En apenas unos instantes podrás sentir cómo el estrés de todo el día se va, y además podrás unirte al maravilloso mundo de la meditación con mindfulness.
4. Mejora la memoria
Cada uno de los sonidos que escuchamos durante el día son pequeños paquetes de información que van a parar a nuestro cerebro. Por lo tanto, recibir un número muy elevado aumentará la cantidad de procesos para digerir toda esa información, disminuyendo la capacidad de concentración en otras cosas. Gracias a los dos minutos de silencio al día, conseguirás relajar la mente, fomentar la concentración y, por supuesto, memorizar con una mayor rapidez.
5. Previene el alzhéimer
Al no tener que manejar tanta información, el cerebro pasa a estar ligeramente más descansado, lo que nos ayuda a prevenir problemas tan graves como son el alzhéimer. De hecho, se ha comprobado que la salud de nuestro cerebro mejora en entornos menos ruidosos, llegando a envejecer a una edad más tardía. Así que, ¿por qué no cuidarlo un poco más con este simple gesto? ¡Anímate a probar!
