Alfombras: ¡siempre impecables!

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¿Quieres que tus alfombras luzcan siempre impecables? Con unos cuidados mínimos conseguirás que parezcan como nuevas durante mucho tiempo. Las alfombras son uno de los complementos de decoración que no pueden faltar en las distintas habitaciones de nuestro hogar, pero cuando están en zonas de paso o de tránsito sufren un gran desgaste. Para evitar tener que renovar las alfombras cada temporada te damos algunas claves sobre cómo cuidarlas para que luzcan bonitas.
 
Las alfombras, además de un complemento básico a la hora de decorar el salón, también ayudan a mantener el calor del suelo en los meses de invierno. El uso cotidiano de las alfombras (por estar en zona de paso, como parte de la decoración de las habitaciones de los más pequeños, por el propio peso de los muebles…) provoca su desgaste. Para evitar que pierdan su dibujo antes de tiempo y sobre todo para ahorrar un poquito, te damos algunas claves para cuidar las alfombras tú misma:

  • Limpieza: Es aconsejable pasar el aspirador de manera regular para quitarle el polvo. Además, aunque en el mercado encontrarás productos específicos de limpieza para alfombras, tanto en seco como en húmedo, si quieres un truco casero, puedes espolvorear la zona más sucia de la alfombra con bicarbonato o con serrín humedecido en vinagre. Déjalo secar, 15 minutos en el primer caso, y luego pasa el aspirador.
  • Manchas: Enemigas de las alfombras, pueden echarla a perder. Cuanto antes se actúe sobre la mancha, más fácil será eliminarla. Si la mancha es de café o de vino, pon encima papel o sal para que absorba el líquido y después frota con el sifón. Si es una mancha sólida no queda más remedio que rascar o llevar directamente a la tintorería.
  • El peso de los muebles causa señales en las alfombras. Para recuperarla, basta con humedecer la zona afectada y pasar luego la plancha. A continuación, cepíllala y deja que se seque.

No nos podemos olvidar del felpudo de la entrada, nuestro modo de dar la bienvenida a nuestras visitas. Si quieres que se mantenga limpio, es suficiente con cepillarlo o sacudirlo, aunque también conviene darle un lavado de vez en cuando. Si está muy sucio, y para reavivar los colores, prueba a lavarlo con agua salada y luego, con agua y detergente.

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