Las varices pueden hacer que el embarazo sea mucho menos llevadero. La dilatación de las venas, que se tornan azules o moradas, es su señal más característica. La aparición de varices no debe ser subestimada, ya que puede acarrear severas consecuencias para el sistema circulatorio.
Durante el embarazo no solo aumenta la cantidad de sangre en el organismo, sino la cantidad de sangre que debe ser bombeada al corazón, lo que supone un extra de trabajo para el sistema circulatorio. Esto hace que las mujeres, durante esta etapa, sean más propensas a padecer varices. Asimismo, el útero, al aumentar de tamaño, presiona la denominada vena cava inferior, una de las más grandes del cuerpo, lo que hace que también sea mayor la presión sobre las venas de las piernas.
Consejos para prevenir las varices en el embarazo
- Controlar el aumento de peso mes a mes: Controlar los kilos que se ganan en cada etapa del embarazo es fundamental. Para ello, lo mejor es llevar una dieta lo más saludable y equilibrada posible, tomando mucha fruta y verdura. Para que te resulte más fácil consulta la tabla de peso durante el embarazo.
- Evita el tabaco, el alcohol y la exposición directa al sol: Todos son factores de riesgo durante el embarazo que favorecen la aparición de las varices.
- Hacer ejercicio físico: Un hábito saludable que conviene mantener durante el embarazo, adaptando el ejercicio físico a la etapa de gestación. Caminar durante 20 minutos, o hacer yoga o natación, ayudan a cuidar la circulación sanguínea.
- Dormir del lado izquierdo: Reduce la presión sobre la vena cava inferior (localizada en la parte derecha del cuerpo).
- Colocar las piernas en alto: Hay que evitar estar demasiado tiempo de pie o sentada con las piernas cruzadas. Lo mejor es colocar las piernas ligeramente elevadas para favorecer la circulación de la sangre.
- Aplicar chorros de agua fría y templada: Alternando el chorro de agua sobre las piernas ayudamos a la dilatación de las venas. Es mejor evitar el agua demasiado caliente.
- Usar medias compresivas especiales: Conviene consultar al médico, pero en ocasiones puede ayudar el utilizar unas medias especiales que favorezcan la circulación.
- Evitar los tacones demasiado altos: Dificultan el movimiento natural de la musculatura de las piernas y, por tanto, la circulación. Sí puede ser aconsejable recurrir a unas pequeñas cuñas para reducir la presión ejercida en la zona lumbar.
- Utilizar ropa holgada: Hay que evitar la zona demasiado apretada, en zonas como la cintura, el pecho o las piernas.
- Aplicar suaves masajes: Con algún gel o crema hidratante, en suaves masajes en círculos, desde abajo hacia arriba.
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