El verano es tiempo de disfrutar de la familia y de los amigos, y en el caso de los niños no es una excepción. Las vacaciones son un momento ideal para pasar tiempo con los abuelos, pero para que resulte una experiencia que los más pequeños quieran repetir el primer consejo para los padres es que no debe ser una visita o estancia impuesta. Ni los padres ni los abuelos es bueno que impongan a los niños, sin preguntarles, si quieren pasar unos días con ellos.
La relación intergeneracional entre abuelos y nietos es una de las formas más interesantes de estrechar lazos y de aprender de la experiencia. Quién mejor que los abuelos para enseñar a los más pequeños a descubrir un montón de historias y a tener la oportunidad de aprender de sus mayores. Pero, como hemos señalado, para sacarle el máximo partido, los niños no deben tomarlo como una obligación. Es cierto que, debido a las dificultades para conciliar la vida familiar y laboral, los padres suelen necesitar la ayuda de los abuelos, y el verano se puede convertir en un problema extra al no haber colegio. ¿Dónde dejar a los niños?
Si decidimos aprovechar el verano para que abuelos y nietos pasen tiempo juntos, lo mejor es planificarlo con antelación, para solventar todas las dudas y evitar contratiempos de última hora. Una vez tomada la decisión, no hay que dar marcha atrás porque el niño puede sentir defraudado o desilusionado. Además, si el niño sabe con antelación que va a pasar unos días con los abuelos, será más fácil que asuma la separación temporal sin problemas, sino todo lo contrario, como una aventura que va a emprender en compañía de los abuelos. Si antes de estos días, el niño pasa tiempo con los abuelos (fines de semana, por ejemplo), será mucho más fácil.
Sencillos consejos para que las vacaciones sean un momento de disfrute para los abuelos junto a sus nietos. Y un consejo para los padres: el contar con ayuda de los mayores no quiere decir que les debamos hacer cargar con el estrés y la responsabilidad de manera continuada y excesiva, ya que entonces no resultaría relajante, sino todo lo contrario.
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