La peor pesadilla de toda madre es descubrir que nuestro hijo está sufriendo acoso escolar, pero lo que realmente preocupa es no llegar a descubrir nunca que nuestro pequeño es víctima del bullying hasta que ya es demasiado tarde. Te contamos todo lo que una madre debe saber sobre el bullying para que no se te escape ningún detalle y puedas identificarlo a tiempo.
El acoso no se da sólo cuando le pegan
El acoso puede ser tanto físico como psicológico. No es necesario que agredan físicamente a tu hijo, sino que los insultos, las humillaciones y las amenazas harán un daño emocional muy grave a tu hijo, derivando en problemas tales como ansiedad o incluso depresión.
Animar a tu hijo a que pegue al acosador empeora la situación
Si has descubierto que abusan de tu hijo, lo peor que puedes hacer es animarle a que él también se comporte de forma violenta para defenderse. Aunque pienses que puede acobardar al agresor, lo que probablemente suceda es que se enfade y quiera hacer sufrir mucho más a tu hijo. Además, esta arma tiene un doble filo, y es que tu hijo aprenderá que las cosas se solucionan con violencia, y no es así.
No se es acosador por genética
Los niños no nacen violentos, sino que su entorno más cercano los hace actuar de ese modo. Si sus padres suelen gritar en casa o tienen una actitud violenta, el niño lo reflejará allá donde vaya, ya que piensa que es lo normal. Es por esto tan importante detectar qué niños son los problemáticos y hacer que sus padres entren en razón, aunque esta tarea será mucho más difícil. No obstante, en caso de conseguirlo, los resultados serán increíbles.
No sólo son acosados en la escuela
Los profesores no siempre van a poder defenderlos, y es que este acoso no sólo se da en la escuela, sino también cuando salen de ella, por lo que debes estar muy alerta y acompañar a tu hijo o incluso dejarle un espacio prudencial para detectar quiénes son los niños que abusan de él. Pero no sólo eso, sino que con las nuevas tecnologías el acoso va mucho más allá, y pueden incluso recibir amenazas por redes sociales o por WhatsApp. Además, el daño que pueden hacer puede ser incluso mayor al viralizar vídeos en los que se les ridiculice o humille.
La forma de vestir no determina que alguien haga bullying
Cuando ya son mayores, los niños desarrollan sus gustos escogen su propia ropa, por lo que es muy habitual toparse con algunos que visten prendas oscuras o que no son del todo convencionales. Esto no quiere decir que se sientan atraídos por la violencia, por lo que no deben crearse prejuicios al respecto. Al hacerlo, sólo fomentaremos el bullying hacia ese chico, por lo que estaremos haciendo justo lo contrario a lo que deseamos que hagan con nuestro pequeño.
Hablar directamente con el acosador no siempre funciona
Debes tener en cuenta que pedirle directamente al acosador que deje de molestar a tu hijo o amenazarle con decírselo a sus padres sólo empeorará la situación, e incluso pensará que tu hijo ha sido el que lo haya delatado, por lo que el contraataque será mucho mayor. Lo mejor es que busques la ayuda de los profesores y psicólogos que puedan ayudarte y seguir sus recomendaciones.