Tacatá para bebés: Pros y contras de los andadores

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El uso del tacatá o andador permite al bebé estar sentado y desplazarse sin levantarse. Está, por lo tanto, pensado para los más pequeños, es decir, para los niños que todavía no saben andar. No todos los bebés dan sus primeros pasitos a la misma edad, pero ¿es recomendable recurrir al tacatá para que aprenda a andar? El uso de los andadores, aunque en apariencia pueda parecer práctico, suscita opiniones encontradas. Los padres tienden a utilizarlo sobre todo por una cuestión de comodidad, y lo cierto es que a la mayoría de lo los niños les encanta, pero no todos los expertos lo aconsejan ya que puede poner en riesgo el desarrollo psicomotor. Y es que, si el bebe se acostumbra a ir a todas partes en el tacatá, ésto puede afectar a la formación de los músculos y al sentido del equilibrio. Vamos a ver, más detenidamente, cuáles son los pros y los contras de los andadores y tacatás para bebés.

Ventajas
Sin duda, el tacatá es un buen aliado de los más pequeños ya que, gracias a su apoyo, pueden desplazarse con más facilidad y comodidad, sin tener que pedir ayuda a papá o mamá. El andador resulta práctico cuando el niño está por encima de su peso y necesita un soporte que garantice una mayor estabilidad. En este caso, el andador sí ayuda a entrenar los músculos, ya que el bebé aprenderá a sostenerse por sí solo en el tacatá antes de dar los primeros pasos por su cuenta. Es aconsejable usar el andador durante un corto periodo de tiempo, y siempre sin perderle de vista ya que puede perder el equilibrio y caer al suelo. Sí hay que señalar que, como todos los objetos y juguetes para bebés, cumplen con unas estrictas normas europeas de seguridad.

Desventajas
Diversos estudios han analizado la eficacia del andador, desaconsejando su uso. En concreto, un estudio realizado en Irlanda con la participación de 200 niños de centros preescolares, constató una estrecha correlación entre el retraso motor y el uso del andador. De hecho, los niños que utilizan el andador a partir de los 6 meses de edad habían empezado a caminar más tarde que los demás. El andador no es recomendado por los expertos ya que interfiere en el aprendizaje a andar de forma independiente.

Además de que el andador puede retrasar la edad de inicio del niño en dar sus primeros pasos, también corre el riesgo de coger el hábito de andar de puntillas, alterando su sentido del equilibrio. Desde un punto de vista puramente psicológico, los niños que utilizan andador se pueden volver un poco más perezosos para empezar a andar.

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