El parto por cesárea es el procedimiento quirúrgico más seguro y fiable cuando se presentan complicaciones del parto vaginal que puedan poner en riesgo tanto la salud de la madre como del futuro bebé. La cesárea, no obstante, no debe practicarse sin motivo médico. Según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), solo un 10% de los partos necesitarían cesárea. Si nos atenemos a las indicaciones médicas, ¿en qué casos la césarea (o parto abdominal) se convierte en la mejor opción al parto vaginal? Tomamos nota.
¿Cuándo conviene hacer cesárea?
La salud de la futura madre y del bebé, e incluso la de ambos, determinarán cuándo conviene hacer una cesárea. Entre los más importantes se incluyen:
- Cuando la futura madre padece problemas de corazón, problemas de hígado, nefropatías o diabetes.
- En caso de presencia de tumor en el cuello uterino.
- Presencia de infección vírica en el canal del parto.
- En caso de complicaciones durante el embarazo (preeclampsia grave, placenta previa…).
- Cuando el peso del bebé o el tamaño de la cabeza del feto es desproporcionado respecto a la pelvis de la madre.
- En caso de madres no primerizas si han sido necesarias las cesáreas en partos anteriores.
- Cuando la madre ha tenido alguna intervención quirúrgica en el útero (miomectomía).
- Sufrimiento fetal o pérdida de bienestar fetal (el feto recibe insuficiente oxígeno y nutrientes). Cuando el bebé viene sentado o de nalgas.
- Malformaciones fetales.
- Bajo peso al nacer.
- Muerte fetal previa.
- En caso de que no haya progresos en el parto y se prolongue demasiado.
- Embarazo múltiple.
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