Es innegable que nuestro alrededor está plagado de pantallas: de ordenadores, de SmartPhones, de tablets, de consolas, de televisiones… Todos ellos son objetos que nuestros hijos utilizan constantemente al igual que nosotras. Pero, ¿es bueno para ellos? Te contamos qué límites debemos a poner a los niños con respecto a la tecnología.
Los beneficios de la tecnología
Está claro que la tecnología tiene un papel muy importante en el desarrollo de los niños. El hecho de que cada día sea más intuitiva facilita gratamente todas las tareas que quiera realizar el usuario. No obstante, debemos hacer hincapié en que está llegando a un punto en el que el propio sistema se está convirtiendo en un lenguaje con el cual las nuevas generaciones van a tener que familiarizarse tarde o temprano.
Muchos padres se preocupan por esto, y es que no parece sano el hecho de que pasen largas horas frente a las pantallas y dejen a un lado el mundo real. No obstante, un estudio reciente de la Universidad de Wisconsin (EEUU) ha afirmado que los niños de entre dos y tres años son más propensos a lo interactivo, por lo que las nuevas tecnologías se convierten en el nuevo escenario del aprendizaje. Es precisamente lo interactivo lo que convierte un SmartPhone o una tablet en algo familiar a ojos del pequeño, por lo que consigue mantenerlo en un estado de relajación perfecto para estimular la absorción de conocimientos. Es precisamente el estado de ánimo que crea en los niños lo que convierte a las Apps en unas herramientas muy útiles para potenciar el aprendizaje de letras, palabras, vocalización, etc.
¿Qué límites marcar?
Con todo lo dicho anteriormente, no cabe duda de que la tecnología parece algo totalmente fantástico para nuestros pequeños. Heather Kirkorian, profesora e investigadora, afirmó que “los niños que están interactuando con la pantalla mejoran mucho más rápido, cometen menos errores y aprenden a un ritmo más acelerado. Pero no los estamos convirtiendo en genios, solo los ayudamos a tener un poco más de información”. Es decir, la tecnología es útil, pero no imprescindible.
Sí que es cierto que debemos dejar a un lado la creencia de que lo digital les aparta del mundo real, ya que ésta es sólo un instrumento dentro de nuestra realidad; pero debemos poner límites para que disfruten tanto de la tecnología como del resto de ámbitos de la vida. Puedes ser y es útil en lugares idóneos, pero lo cierto es que no se debe reemplazar todo lo demás con ella.
Lo ideal es establecer horarios para evitar una posible depresión causada por el aislamiento. Por supuesto, tampoco deberemos dejar que hagan cualquier cosa cuando estén frente a la pantalla, sino que tendrán que entender que es un tiempo dedicado al uso de aplicaciones y programas útiles y divertidos para ellos.
Por supuesto, los padres deben predicar con el ejemplo y no prestar más importancia de la necesaria al móvil o la televisión, ya que es precisamente la actitud de sus familiares lo que determina más claramente si el niño acabará convirtiéndose en un adicto a la tecnología, con todo lo que ello conlleva.
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