Ser madre, además de una gran responsabilidad, es el sueño más importante para muchas mujeres. Pero no para todas. ¿Es posible arrepentirse de haber tenido hijos?, ¿qué hace que una mujer sienta que la decisión de ser madre no fue la más acertada en ese momento? Es el drama emocional de las madres que hubieran deseado no asumir ese papel. Una realidad que cual tabú prefiere mantenerse oculta, pero que existe, y es la sensación de haber perdido la libertad o de no haber podido vivir la vida como uno quisiera por haber sido madres.
La socióloga israelí Orna Donath ha puesto voz y rostro a las madres que viven una realidad que, por ocultarla, no desaparece. ‘Regretting motherhood: sociopolitical analysis’ es el estudio, realizado entre los años 2008 y 2011, que recoge los 23 testimonios de mujeres de todas las edades que confiesan arrepentirse de haber sido madres. Si las mujeres que han decidido por voluntad propia no ser madres lo tienen difícil para explicar su decisión, no comprendida por todo el mundo, ¿qué sucede con las que se arrepienten de haber tenido hijos? Este estudio va mucho más allá, porque tras el incuestionable amor que estas mujeres sienten por su hijos, lo que confiesan es sentir que la maternidad ha coartado sus posibilidades de vivir la vida como realmente hubieran querido. Dicho de otra manera, todas ellas quieren a sus hijos, lo que no querían era ser madres.
La publicación, en las librerías españolas desde este mes de septiembre bajo el título ‘#madresarrepentidas (una mirada radical a la maternidad y sus falacias sociales)’, derriba uno de los últimos tabúes sobre la maternidad y lo que implica para muchas mujeres el tener que asumir un rol empujadas sobre todo por la sociedad que sigue manteniendo muchos estereotipos sobre la maternidad. El debate está servido. En Alemania, en 2015, coincidiendo con la publicación de las conclusiones de este estudio, las redes sociales se convirtieron en la plataforma de un encendido debate bajo el hastag #regrettingmotherhood.
Los relatos de las 23 mujeres son un reflejo de muchas madres que, pese a la entrega y el amor que sienten por sus hijos, no se sienten recompensadas por lo que como mujeres -sus sueños, retos, ambiciones, oportunidades- han tenido que aparcar o dejar pasar.
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