Los niños no solo pueden sufrir mareos, sino que en algunas situaciones, como un viaje en coche, pueder ser más proclives a padecerlos. Una molestia temporal que puede provocar malestar general, cansancio y vómitos. ¿Por qué se producen los mareos? Conocer las causas nos ayudará a encontrar el remedio más eficaz para mitigar sus molestos síntomas.
Causas Los mareos ocurren por las mismas causas en los niños y adultos. La sensación de pérdida de equilibrio es común, a lo que en el caso de los niños se puede sumar la sensación de inestabilidad en sus piernas, una mirada ausente y un fuerte malestar general.
Las causas que pueden estar detrás de los mareos son diversas. Entre las más comunes, están el ayuno prolongado durante unas horas o la deshidratación, así como la excesiva exposición al sol y durante mucho tiempo. En este punto conviene recordar que hay que aplicar un factor de protección adecuada a la piel de los niños si van a estar en un espacio exterior, así como utilizar sombreros y sombrillas.
Otras causas que explican los mareos son el cansancio o, un acto tan cotidiano, como levantarse después muy rápido después de estar tumbado mucho tiempo. La presencia de una infección viral, provocada por la agresión de un virus, o la presencia de una anomalía en el oído también puede ser responsable de la pérdida de equilibrio.
Los tratamientos más eficaces En la gran mayoría de los casos se trata de un problema transitorio, el cual remitirá en pocos minutos y sin mayores efectos. Vamos a ver algunos remedios útiles para cuando aparecen los molestos mareos.
En primer lugar, podemos ayudar a relajar las piernas del niño, y si tiene más de tres años, hacer que se siente con la cabeza entre las rodillas. Sin embargo, cuando el mareo no desaparece, e incluso empeoran los síntomas (por ejemplo, es incapaz de mantenerse de pie, caminar), hay que acudir inmediatamente a urgencias para determinar la causa del trastorno. Hay otros casos en el que es recomendable consultar lo más rápido a su pediatra , para evitar cualquier riesgo, como cuando aparece un fuerte dolor de oídos. Otro aspecto que hay que revisar es si el niño está tomando algún tipo de fármaco, ya que algunos pueden incluir la aparición de mareos entre los posibles efectos secundarios.
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