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Las madres tenemos que afrontar todos los obstáculos que se interponen en nuestro día a día, los cuales crecen cuando tenemos un trabajo. Te mostramos los 5 problemas que las madres trabajadoras enfrentamos cada día. ¡Te sentirás identificada!
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Ganamos menos dinero
Aunque se están haciendo grandes esfuerzos sociales por igualar el salario de hombres y mujeres, está claro que todavía hay un gran abismo entre ambos. Además, las mujeres solemos ocupar puestos de menor rango que los hombres, y únicamente suelen ofrecernos contratos de media jornada por nuestra situación. Esto supone que, a la larga, obtengamos una pensión mucho más baja por haber trabajado un menor número de horas.
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No todos nos contratan
Cuando en una entrevista decimos que somos madres de un niño pequeño, el interés de los entrevistadores desciende por completo, y es que piensan que por tener un hijo no seremos capaces de implicarnos al 100% en nuestro trabajo y no podremos dar lo mejor de nosotras a la empresa.
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Nunca dejamos de trabajar
Tras una dura jornada laboral lo lógico sería ir a descansar, pero en nuestro caso eso nunca ocurre. Cuando volvemos a casa debemos encargarnos tanto de nuestro hijo como de las tareas del hogar que nos correspondan. Lo peor de todo es que cuando acabas de todo te sientes realmente estresada y sólo tienes ganas de ir a dormir, por lo que tienes que olvidarte por completo de cualquiera de los hobbies que pudieras tener con anterioridad.
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Pasamos poco tiempo con nuestros hijos
Uno de los principales problemas de las madres trabajadoras es que no podemos pasar todo el tiempo que nos gustaría con nuestros hijos. Los horarios de cada uno y el cansancio que acumulas día tras día hacen que en ocasiones no puedas ni siquiera ayudarle con los deberes, haciéndole sentir muy solo algunas veces.
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Nos dicen que dejemos de trabajar
Por si no fuera poco saber que no dedicamos el tiempo suficiente a nuestros hijos, otras personas se encargan de repetírnoslo una y otra vez, e indicarnos que debemos dejar el trabajo si es que queremos que el desarrollo emocional y psicológico del niño sea el correcto. Esto hace que nos sintamos culpables, pero debes recordar siempre que el motivo principal por el que trabajas es para darle una mejor vida a tu hijo, por lo que no debes pensar en lo que dicen y confiar en tus decisiones.
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