No siempre es fácil reconocer los signos o señales de un trastorno del lenguaje infantil e, incluso, en algunos casos a los padres les puede costar admitirlo. Sin embargo, detectarlo a tiempo es la mejor manera de ayudar al niño, ya que estamos ante un tipo de trastornos que pueden condicionar seriamente su comportamiento, su capacidad de relacionarse con otros niños y su rendimiento escolar. Trastornos que tienen sus causas y que los expertos pueden ayudar de manera eficaz a solucionar. Subestimar u obviar el problema no es en ningún caso la solución. Vamos a ver más detenidamente por qué se producen los trastornos del lenguaje infantil y cuáles son las medidas más aconsejables.
De qué se trata En primer lugar hay que recordar que el lenguaje es un proceso complejo, una capacidad que proporciona una serie de habilidades específicas. Como las habilidades fonéticas, que le permiten hacer sonidos articulados, y fonológicas, para asociar sonidos correctamente, las palabras y sus significados. Hay trastornos del lenguaje que afectan a una o ambas, con diferentes síntomas y problemas específicos. Los trastornos del lenguaje pueden estar asociados a un problema de deficiencia de la lengua, como falta de fluidez o tartamudeo, pero también pueden estar relacionados con el autismo, por ejemplo.
Síntomas y causas Los trastornos específicos del lenguaje por lo general afectan a los niños de entre los 2 y 6 años. Trastornos caracterizados por la alteración de los sonidos, la incapacidad para pronunciar correctamente algunos sonidos, algunas letras y, por lo tanto, ciertas palabras. También pueden darse otras manifestaciones como la omisión de los sonidos, su alteración o sustitución, la inversión de las sílabas de una palabra, la pronunciación de palabras incomprensibles y dificultades para emitir algunos sonidos de la manera correcta, y que en la mayoría de los casos son los más complejos, como s, z, gl, gn.
Tratamiento Los padres deben saber que, a medida que el niño crece, los trastornos del lenguaje tienden a disminuir y resolverse por completo. Cuando, sin embargo, el trastorno no se resuelve de forma natural y, cumplidos los cuatro años de edad, todavía tiene las mismas dificultades de comunicación, es mejor no esperar y ponerse en manos de un experto, el terapeuta del habla , que ayudará a elaborar un programa para resolver el problema con ejercicios específicos para realizar también en casa, con la ayuda de mamá y papá. De esta manera, con una intervención adaptada a la edad del niño, el logopeda puede corregir sus dificultades con el idioma.
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