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La alimentación es la base que sustenta el correcto desarrollo de los niños. Es lógico pensar entonces que nunca puede faltar una dieta saludable que aporte a nuestro hijo todos los nutrientes que necesita. Sin embargo, hoy en día contamos con una gran cantidad productos precocinados y cadenas de comida rápida que complican esta tarea. Es por ello que debemos recuperar nuestra dieta tradicional: la mediterránea; la cual ha sido alabada científicamente por múltiples investigaciones, ya que es capaz de proporcionar al organismo todo lo que necesita, además de prevenir el sobrepeso infantil. Si quieres inculcar a tu hijo unos hábitos alimenticios saludables, continua leyendo para saberlo todo sobre la dieta mediterránea para niños.
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Aceite de oliva
Es fundamental introducir el aceite de oliva en la dieta de tu hijo, tanto para la elaboración de platos como para su aliño. Éste actuará como antioxidante natural y prevendrá en gran medida la aparición de enfermedades cardiovasculares.
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Cinco piezas de fruta y verdura
Los vegetales son esenciales dentro de la dieta mediterránea, por lo quese recomienda comer diariamente cinco piezas intercaladas de fruta y verdura. Las frutas son fáciles de introducir como postre o merienda, especialmente si elaboras una presentación llamativa. Las verduras son más difíciles, pero si las añades trituradas a la comida se las comerá sin darse cuenta.
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Cereales
El pan, la pasta, el arroz y los productos integrales contienen los hidratos de carbono que tanto necesitan nuestros hijos. Éstos les aportarán energía para que puedan seguir jugando durante todo el día, por lo que deben consumirse a diario en pequeñas cantidades.
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Pescado
El pescado debe comerse regularmente, aunque cometemos el gran error de apenas introducirlo en la dieta de nuestro hijo por miedo a que se atraganten con las raspas. Si éstas suponen un problema, compra pescados que no las contengan, como la merluza. Eso sí, es muy importante que comiences a introducirlo lo antes posible para que puedan acostumbrarse tanto a su sabor como a su textura.
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Leche
Es recomendable consumir lácteos a diario, ya sea en leche, yogures o queso. Si tu hijo es intolerante a la lactosa puedes buscar alternativas, como la leche sin lactosa, leche sin proteínas animales o soja.
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Carnes y huevos con moderación
Las carnes no deben darse ni en grandes cantidades ni regularmente, especialmente en el caso de la carne roja. El pollo o el pavo son carnes blancas que constituyen una alternativa saludable para los niños. Eso sí, asegúrate de combinarla con una pequeña guarnición de verdura y nunca echarle especias.
El huevo tampoco debe añadirse en demasiadas comidas a lo largo de la semana, sino que hay que introducirlo un par de veces sólo.
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Agua y deporte
La dieta mediterránea promueve un estilo de vida saludable y nos recomienda tanto beber mucha agua a diario como animar a nuestro hijo a apuntarse a algún deporte, o incluso comprometernos nosotras mismas a realizar ejercicio físico con nuestros niños. Con esto evitaremos que aparezcan multitud de enfermedades, a la par que nos divertiremos juntos de la manera más saludable.
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