¿Cómo luchar con la invasión de juguetes, juegos y libros en cualquier estancia de la casa? El secreto está en enseñar a los niños a ser ordenados, especialmente en su habitación. Vamos a ver algunas claves que nos servirán de ayuda.
Hay que recordar, de entrada, que enseñar a los niños a ordenar su habitación es una importancia lección que les servirá para toda la vida. Además no es cierto que a los niños les guste el desorden. En muchos casos el problema es no contar con los suficientes espacios de almacenamiento para guardar la ropa, los juguetes y objetos. ¿Dispone de suficientes recipientes para todos los tipos de juguetes o acaban éstos tirados en cajas donde se mezcla todo? Si es así, no es de extrañar que el niño vacíe cajas enteras en busca del elemento decisivo en ese momento para el juego.
Es importante que los niños cuentan con un espacio destinado exclusivamente para uso infantil. De esta manera, evitaremos que los juguetes invadan otras estancias. Su habitación es el mejor lugar para crear distintas zonas (zona de dormir, zona de estudio, zona de juegos). Se puede colocar una mesa pequeña y algunas sillas, de modo que los niños puedan dibujar o jugar con plastilina, por ejemplo. Si queremos que los niños recojan sus cosas después de jugar, hay que asegurarse de que disponen de estantes y cajones a su alcance. Si cuentan con suficiente espacio para almacenar sus cosas, se mostrarán mucho más dispuestos a ordenarlo todo. Los estantes o los armarios bajos son soluciones ideales para guardar cajas con juguetes.
Ordenar la habitación de los niños La clave del éxito para mantener el orden en la habitación infantil es presentar a los niños un sistema sencillo. Así, por ejemplo, podemos destinar un recipiente para cada tipo de juguete (la caja azul para los animalitos, la caja roja para los bloques de construcción…). Hay que asegurarse de que siempre guardan sus cosas de manera adecuada al final del día, y prestarles la ayuda que necesiten, sobre todo si son muy pequeños. También en el caso de que la habitación se torne caótica conviene intervenir. Hay que mostrarse constructivo, ofreciéndose por ejemplo a ordenar la ropa a cambio de que ordene sus libros.
A medida que los niños crecen, sus pertenencias parecen estar por todos los lados de la casa. Zapatillas de deporte, cómics, trabajos escolares, camisetas… pertenencias que, además, parecen sentir cierta preferencia por estar en el salón o en estancias comunes de la casa. Nuestra reacción como padres dependerá del modo en el que pensemos tratar el problema a largo plazo. Para empezar, no está de más contar con un mueble, como una cómoda, en la que se pueden esconder todas estas pertenencias. Eso sí, hay que establecer una regla muy clara: al menos una vez a la semana se ordenará completamente la estancia, y todas aquellas pertenencias que estén fuera de lugar irán directamente a la basura. Puede resultar drástico, pero no se daña a nadie enseñando el principio básico de convivencia.
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