Durante el embarazo, la digestión se puede ralentizar, a lo que hay sumar los nervios de la futura madre. Todo ello puede hacer que la mujer sea más vulnerable a padecer un trastorno más común y molesto de lo que pensamos, la acidez estomacal. Para prevenirla, no solo conviene saber qué comer, sino que también es bueno conocer las causas y síntomas de este incómodo malestar.
¿Por qué se produce? La acidez estomacal en el embarazo se produce sobre todo en el último trimestre, sumándose además los cambios hormonales que interfieren en el proceso digestivo y el aumento del tamaño del útero.
La acidez suele venir acompañada de indigestión y malestar, problemas digestivos que pueden volverse recurrentes. En estos casos, podemos recurrir a algunos de los remedios naturales que, además de ser eficaces, no conllevan efectos secundarios. No obstante, antes de tomar cualquier planta en infusión, conviene consultar al médico para resolver todas las dudas.
Entre los remedios naturales más eficaces está el tomar un vaso de ginger ale, una bebida gaseosa que puedes tomar sin problemas en el embarazo. También puedes tomar unas galletitas saladas. En cuestión de infusiones, puedes hacer un preparado de hinojo, menta, manzanilla o bálsamo de limón (también conocida como melisa), perfecto por su acción calmante.
En la despensa también encontramos otros aliados, como es el caso de la lechuga, cuyo efecto regula las secreciones gástricas. Y el remedio de la abuela por la excelencia, tomar un vaso de leche, que contrarresta la producción de ácidos y el ardor de estómago.
¿Qué comer? Recurrir a los remedios naturales es una solución, pero de lo que se trata es de prevenir la acidez estomacal. Y en este aspecto, la alimentación tiene mucho que ver. Una dieta adecuada incluye pasta de arroz blanco, pan, patatas y verduras cocidas, como zanahorias; así como yogur.
Por su parte, hay que evitar los alimentos fritos, los alimentos picantes, el café y las bebidas alcohólicas (bebidas que, no obstante, se deben evitar durante todo el embarazo), así como el chocolate, los tomates, los cítricos, la cebolla y el ajo. Todos ellos pueden favorecer la aparición de problemas gástricos, como acidez y ardor de estómago.
Además de la elección de alimentos, hay otros consejos útiles, como el comer poco y a menudo (es mejor tomar pequeñas raciones y distribuir las comidas en 5-6). No hay que descuidar la hidratación, lo mejor el agua. Por la noche, es mejor cenar entre dos y tres horas antes de irse a dormir, para no interferir en la digestión y evitar la aparición de acidez.
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