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Máxima de Holanda recibe al Presidente de Francia con pura elegancia. La Reina de los Países Bajos ha vuelto a deslumbrar durante la recepción a Hollande por su original atuendo.
El pasado lunes el Presidente de la República de Francia, François Hollande, fue el primero del año en visitar a los Monarcas Guillermo Alejandro y Máxima de Holanda, con el objetivo de estrechar lazos bilaterales especialmente económicos, y como buenos anfitriones, tanto el matrimonio como Beatriz de Holanda le recibieron con la tradicional ceremonia de bienvenida en el Palacio Noordeinde.
Para la ocasión, la Reina Máxima volvió a destacar una vez más por su estilismo, formado por un original vestido azul verdoso de seda con mangas acampanadas de Natan, que combinó con un sombrero tipo casquete con salones destalonados a juego en nude, al igual que los guantes de piel y la cartera de mano, además del juego de joyas formado por pendientes, broche, anillo y pulsera que ya lució en su jornada repleta de felicidad en Madrid el pasado septiembre, demostrando una vez más por qué es una de las mujeres más elegantes de la realeza.
Hollande por su parte tuvo un pequeño encuentro con los Monarcas en el interior del Palacio, para más tarde reunirse con las Presidentas de las dos cámaras, Ankie Broekers-Knol y Anouchka van Miltenburg, y a mediodía con el Primer Ministro Mark Rutte, en cuya rueda de prensa no pudo evitar ser preguntado por el escándalo que se cierne sobre él en los últimos días a causa de su infidelidad a Valérie Tierweiler, quien estaría pensando en perdonarle, a lo que respondió: »Valérie Trierweiler está mejor y descansa en estos momentos en la residencia de la Lanterne. No tengo ningún otro comentario que hacer».
Unos minutos más tarde Guillermo y Máxima de Holanda agasajaron a Hollande con un almuerzo en Palacio, donde ambos Jefes de Estado leyeron sus discursos ante varios ministros tanto holandeses como franceses, y posteriormente el Presidente de Francia acudió a visitar la sede de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas de La Haya y el Museo de la Marina de Ámsterdam, antes de firmar varios contratos comerciales con el ministro de Comercio Exterior Ploumen y Rutte, quien puso fin a la visita de Hollande con una cena a la que acudieron numerosos directores de empresas francesas y holandesas.
Sin duda una visita muy esperada en la que el protagonismo lo consiguió de nuevo el atuendo de Máxima, sin olvidar el escándalo que rodea a Hollande, y que solucionará próximamente.
