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Los Reyes y los Príncipes de Asturias en el Día de las Fuerzas Armadas. La Plaza Mayor de Valladolid acogió el Día de las Fuerzas Armadas, en un sobrio desfile, con un presupuesto mucho más bajo que años anteriores y que ha presidido Su Majestad el Rey junto a la Reina Sofía y los Príncipes de Asturias. Don Juan Carlos ha aguantado todo el desfile en pie, a pesar de estar aún convaleciente de su rotura de cadera que sufrió en el viaje a Botsuana para cazar elefantes. Tras el desfile, los monarcas y los príncipes acudieron al Palacio Real de Valladolid donde se sirvió un cóctel.
El Día de las Fuerzas Armadas ha estado este año claramente marcado por la austeridad, puesto que no hay más que decir que el presupuesto de este año era de 200.000€, un 85% del celebrado el año pasado en Málaga que alcanzó 1.300.000 euros.
También, otras de las noticias de la jornada, ha sido la presencia de Su Majestad el Rey, que no aparecía en un acto público desde la Misa de Pascua celebrada en Mallorca, puesto que después sufrió una rotura de cadera en su viaje de caza a Botsuana.
Sí hemos visto al Rey desde entonces departiendo en la Zarzuela o en el vídeo en el que pidió perdón a los españoles por este polémico viaje, pero para los actos públicos había relegado su agenda en su hijo, el Príncipe Felipe, que junto a su esposa, doña Letizia, también estaban presentes en Valladolid.
La Familia Real fue recibida con aplausos de las cerca de 3.000 personas reunidas en la Plaza Mayor de la ciudad castellana mientras se bajaban del coche y acudían a la tribuna presidencial, eso sí, don Juan Carlos ayudado por su muleta.
Habían llegado poco antes a la base aérea de Villanubla y en la Plaza Mayor les esperaban numerosas personalidades, entre las que cabía destacar la ausencia del Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy que se encontraba en la clausura de Círculo de Economía en Sitges. Quienes sí estuvieron presentes fue el Ministro de Defensa, Pedro Morenés y el de Interior Jorge Fernández. El presidente de la Junta de Castilla y León Juan Vicente Herrera y el alcalde de Valladolid, Francisco Javier León de la Riva también estuvieron presentes junto al Jefe del Estado Mayor de Defensa, el almirante Fernando García Sánchez.
Tanto el Rey como el Príncipe Felipe lucían el uniforme del Ejército de Tierra, mientras que la Reina se decantaba por un vestido de beige con lunares y un collar de perlas y la Princesa Letizia y sobrio traje de chaqueta y falda en tonos verdes. El único problema que hubo, fue un malentendido con el protocolo por parte de doña Letizia, que se colocaba en su sitio que no la correspondía hasta que su marido se lo advertía.
Participaron 620 militares de los tres Ejércitos y la Guardia Civil y el desfile comenzó con una batería de salvas tras las cuales, dos paracaidistas aterrizaron en la Plaza Mayor de Valladolid con una enorme bandera de España que fue izada en honor de los caídos, estando presentes los familiares de los militares fallecidos en acto de servicio. El desfile de las tropas ha sido bastante corto, apenas medio kilómetro desde la Academia de Caballería a dicha Plaza Mayor de la capital castellana.
El Rey Juan Carlos aguantó todo el desfile en pie e incluso en el cóctel celebrado después llegó a bromear con la prensa diciendo que no hubieran aguantado como él. Uno de los momentos más emotivos fue el saludo de la Familia Real a los familiares de los fallecidos, parándose el Rey con un niño, mientras se sujetaba en la muleta.
Tras el desfile, los invitados han acudido al Palacio Real, ubicado en la Plaza de San Pablo, donde tenía lugar la recepción organizada por el alcalde de Valladolid. Un cóctel muy austero, compuesto por productos de la tierra que habían donado diversas empresas castellano leonesas, como vinos de las denominaciones de Rueda, Cigales y por supuesto, Ribera de Duero, queso Entrepinares o pan de la marca Pan de Valladolid así como jamón de Cárnicas Poniente.
El único punto negro a esta celebración ha sido la cacerolada convocada por varias formaciones de izquierda y plataformas ciudadanas que acudían con cacerolas y elefantes de peluche, aunque no han logrado enturbiar los actos. Al final, esta manifestación ha sido un recorrido alternativo para no estropear este Día de las Fuerzas Armadas.
