¿Alguna vez te has planteado que los hombres también sufren altibajos en su estado de ánimo por culpa de las hormonas? Pues es cierto, este síndrome similar al que afecta a las mujeres la semana previa a la menstruación, se denomina Síndrome de Irritabilidad Masculina y puede estar interfiriendo en tu relación.
Muchas mujeres califican a su pareja como “gruñón” cuando protestan por todo y lo achacan a una cuestión de carácter con la que ya se han acostumbrado a vivir. Pero esos cambios repentinos de humor en los que el hombre se vuelve irascible sin motivo aparente tienen una causa: la bajada de sus niveles habituales de testosterona.
Contrariamente a lo que se suele pensar, los hombres con gran cantidad de testosterona no son los más agresivos ni los más impulsivos. Sucede justo al contrario, a menor cantidad de testosterona en la sangre mayor probabilidad hay de que se den alguna de estas circunstancias: cambios de humor, nerviosismo, depresión, irritabilidad, disminución del deseo sexual, falta de motivación…
Si tu pareja sufre alguno de estos síntomas, siempre y cuando no sean excesivos ni tengan un motivo, quizá sufra el Síndrome de Irritabilidad Masculina (SIM). Su diferencia principal con el Síndrome Premenstrual viene determinada por la periodicidad con la que se produce. Pero en ellos, el SIM es totalmente aleatorio en cuanto a su frecuencia, pero también en cuanto a su duración, otra de las grandes diferencias entre hombres y mujeres.
Este síndrome puede afectar a tu relación así que cuidado con él. Identifícalo y trata de ponerle freno. Si tu pareja lo está sufriendo puedes intentar ser más comprensiva con él y recomendarle alguna de estas posibles soluciones. Porque ellos también sufren, aunque lo hacen de forma diferente.
¿Cómo podemos tratarlo?En este caso, esas sensaciones no mejoran con chocolate y una peli de Ryan Gosling. Su diagnóstico es complicado y son muy pocos los hombres que saben a ciencia cierta que lo padecen. Según los expertos está íntimamente relacionado con el estilo de vida actual, el estrés es una de sus causas principales. El organismo se ve obligado a segregar más testosterona de la cuenta en determinadas situaciones y eso provoca que baje de manera drástica en otras para las que no es tan necesaria. Suele producirse sobre todo en hombres entre los 40 y los 45 años porque es cuando empiezan a sentir los cambios derivados de la edad.
Para tratarlo se podría recurrir a inyecciones de testosterona sin embargo, no es una solución recomendable dado los posibles riesgos para otros aspectos de la salud que podría acarrear (como ataques cardíacos o hipertensión), y además sería demasiado costoso.
Llevar una alimentación sana y equilibrada puede ser de gran ayuda para regular los niveles de testosterona. Se recomiendan los alimentos ricos en fibra y proteínas porque funcionan como un antidepresivo natural. La práctica de algún deporte puede ayudar a liberar el estrés acumulado y además hace que el cuerpo libere endorfinas que nos hacen más felices. También es necesario dedicar las horas necesarias al descanso, dormir entre 7 y 8 horas cada noche. Y por supuesto, practicar sexo con frecuencia.