Zumos: Bébete un vaso de nutrientes

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Zumos: Bébete un vaso de nutrientes. Un cóctel de vitaminas y minerales que además de nutrir nos hidratan. Los zumos no solo se han convertido en un aliado de la dieta –con el zumo de naranja como el más consumido-, sino que son una manera diferente de sacar todo el partido a las frutas y hortalizas. Eso sí, a pesar de su aporte nutritivo, no todos los zumos son iguales y además no es aconsejable recurrir a ellos como sustitutos de las frutas. La solución más acertada, combinar la presencia de frutas y verduras en la dieta con los zumos. ¿Con cuál te quedas?
 
Incluidos dentro de la familia de los alimentos vegetales, los zumos reúnen vitaminas (especialmente vitamina C y ácido fólico) y minerales (magnesio y potasio) en un solo vaso. No tienen colesterol y su contenido en grasa y sal es prácticamente nula (apenas un 1%). Entre los zumos envasados, los que menos calorías aportan son los de tomate y zanahoria. Los néctares, por su parte, tienen más calorías que otros zumos.
 
¿Son todos los zumos iguales? El mejor zumo, sin duda, es aquel que tomamos tras prepararlo en el momento con frutas y verduras de temporada. Pero no siempre tenemos tiempo. Zumos, néctares, concentrados, zumos sin pulpa son algunas de las variedades que podemos encontrar entre los zumos envasados. Lo que sí tenemos que recordar es que no debemos sustituir de manera sistemática el consumo de frutas y verduras –se recomienda tomar al menos cinco piezas al día- por zumos. Precisamente, el comité científico 5 al día –destinada a promover el consumo de frutas y verduras en la dieta de la población- aconseja que el consumo diario de zumos no supere los 175 mililitros (aproximadamente un vaso) sin azúcares añadidos. Cantidad que en el caso de los más pequeños reducen hasta los cien mililitros al día (aproximadamente medio vaso). Recomendaciones dietéticas basadas en el contenido de azúcares simples de los zumos envasados y en que, al tratarse de una bebida, su poder saciante es mucho menor que el de un alimento sólido.
 
Eso sí, los zumos envasados son más saludables que los refrescos, ya que además de menos calorías también contienen, como hemos visto, nutrientes esenciales.
 

Tipos de zumos

Los zumos, en función de su elaboración, ingredientes y conservación, se pueden dividir en concentrados, exprimidos, néctares, zumos con o sin pulpa y zumos complementados con leche. Veamos más detenidamente las características de cada una de estas variedades para que nuestra elección sea lo más acertada y nutritiva posible. Los concentrados, como su propio nombre indica, se elaboran a partir del concentrado de zumo. De hecho, en la etiqueta del producto debe figurar expresamente que se trata de un zumo a base de concentrado, al que se añaden sustancias aromatizantes y vitaminas procedentes del concentrado del zumo. Los zumos exprimidos también utilizan como ingrediente principal el propio zumo, pero sin concentrados. Éstos a su vez pueden ser refrigerados o no (los primeros deben conservarse siempre en el frigorífico incluso antes de abrirse para su consumo).
 
Por su parte, los néctares son zumos obtenidos de frutas trituradas combinadas con agua, azúcar y ácidos de frutas. Su aporte en calorías es mayor. Por lo que respecta a los zumos con y sin pulpa, la diferencia radica en el mayor aporte de fibra dietética (zumos con pulpa). La fibra dietética es beneficiosa para el funcionamiento del intestino. En otros casos, el zumo también se puede combinar con leche, aumentando su contenido en vitaminas y minerales como el calcio.

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