Vitaminas: Cómo conseguir la dosis necesaria

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Vitaminas: Cómo conseguir la dosis necesaria. Son, junto a los minerales, dos de los nutrientes esenciales que no pueden faltar en una dieta sana, variada y equilibrada. Nutrientes que nuestro organismo necesita a diario para mantener el equilibrio y el correcto funcionamiento. ¿Cuáles son las dosis mínimas que necesitamos cada día?, ¿a qué alimentos podemos recurrir para conseguir que las vitaminas estén en nuestra dieta? Estas son dos de las preguntas a las que vamos a tratar de dar respuesta.
 
Las vitaminas son indispensables para nuestro organismo y para nuestro bienestar. Deben estar presentes en nuestra dieta diaria en las cantidades necesarias para garantizar nuestra salud. ¿Cuáles son las dosis mínimas necesarias de vitaminas que debemos consumir cada día? Las frutas y verduras son dos de los alimentos en los que vamos a encontrar el aporte vitamínico necesario, pero no son los únicos. Estos son algunos de los aliados para que nuestra dieta no peque de falta de vitaminas.

  • Vitamina A: Dosis mínima de 600 miligramos. La conseguimos con tres albaricoques, una zanahoria y un plato de achicoria.
  • Vitamina B1: 1 miligramo. Se encuentra en un bistec de carne magra o en cien gramos de jamón.
  • Vitamina B2: 2,3 miligramos. Una rebanada de queso.
  • Vitamina C: 60 miligramos. Una naranja o un plato de espárragos.
  • Vitamina D: Entre 1 y 15 miligramos. Una porción de sardinas.
  • Vitamina E: 8 miligramos. Una porción de atún en aceite.
  • Vitamina H: Entre 100 y 200 miligramos. Una porción de frutos secos (nueces, cacahuetes), o en un plato de lentejas.
  • Vitamina K: Entre 70 y 140 miligramos. Una porción de col o de espinacas.

Contenido vitamínico: Frutas y verduras

Las frutas y verduras no solo ocupan la base de la pirámide alimentaria de la dieta mediterránea –el perfil dietético más complejo y saludable-, sino que son la principal fuente de vitaminas. Son muchos los beneficios reconocidos de las frutas y verduras, las cuales juegan un papel esencial para no desequilibrar nuestra dieta y, sobre todo, para proteger nuestra salud. Y no es el único motivo para darles el protagonismo que se merecen en nuestros platos, porque además de cuidarnos por dentro nos ayudan a cuidarnos por fuera, ayudándonos a mantener la línea, gracias a su bajo contenido en calorías.
 
Para que no se pierda su contenido vitamínico, la conservación de los alimentos es muy importante. En el caso de las frutas y las hortalizas frescas se deben conservar durante pocos días en la nevera, a una temperatura entre 8 y diez grados. Si conservamos la fruta en la nevera pelada y cortada, debemos tener la precaución de introducirla en un recipiente limpio y bien cerrado.
 
Por su parte, la fruta y las verduras cocidas se pueden conservar en recipientes pequeños y profundos sin problemas, siempre y cuando se hayan dejado enfriar antes de introducirlos en la nevera. Estos envases deben ser también herméticos o cerrarse con plástico o papel de aluminio al introducirlas en la nevera.

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