La obesidad es uno de los problemas que, a día de hoy, más preocupa a los expertos en salud y a los que conviene prestar atención, y ello se traduce en un mejor conocimiento de los riesgos que implica el aumento del peso corporal y, en particular, del tejido adiposo, y de las medidas preventivas a seguir. La obesidad, en términos médicos, se puede definir como el desequilibrio entre la ingesta de calorías y el gasto energético, lo que provoca una acumulación de la energía no consumida en forma de grasa. Los hábitos de alimentación y el estilo de vida contribuyen al desarrollo de la obesidad. La obesidad se asocia a una serie de enfermedades cuyos síntomas además se pueden ver agravados por el aumento de peso, como diabetes tipo 2 o enfermedades cardiovasculares.
Clasificación de la obesidad
Existen varios métodos de clasificación de la obesidad, siendo el índice de masa corporal (IMC) y la distribución de la grasa corporal los más utilizados.
Obesidad según IMC
El índice de masa corporal se calcula dividiendo el peso en kilogramos por la altura en metros cuatros. Atendiendo a esta fórmula se determina el grado de obesidad establecido por la Organización Mundial de la Salud (OMS):
- Menos de 18,5 de IMC: Peso insuficiente o infrapeso
- Entre 18,5 y 24,9: Normopeso
- Entre 25 y 26,9: Sobrepeso grado I
- Entre 27 y 29,9: Sobrepeso grado II (preobesidad)
- Entre 30 y 34,9: Obesidad de tipo I
- Entre 35 y 39,9: Obesidad tipo II
- Entre 40 y 49,9: Obesidad de tipo III (mórbida)
- Más de 50: Obesidad de tipo IV o extrema
Obesidad según la distribución de grasa
- Obesidad abdominal o androide: La acumulación de tejido adiposo se localiza preferentemente en la zona superior del cuerpo (cuello, hombros, tórax y cara). Este tipo de obesidad se relaciona con un mayor riesgo de padecer diabetes tipo 2, hiperuricemia e hiperlipidemia y ateroesclerosis.
- Obesidad periférica o ginoide: El exceso de grasa se localiza en la parte inferior del cuerpo, como caderas, muslos o glúteos. Este tipo de obesidad es más frecuente en las mujeres.
- Obesidad homogénea: El exceso de grasa no se localiza en una zona corporal concreta sino que se distribuye de forma homogénea.
Obesidad según la causa
- Genética: Tal y como su nombre indica, la herencia genética juega un papel importante en este tipo de obesidad.
- Dietética: Producida por llevar una alimentación equilibrada y por el consumo excesivo de alimentos calóricos, así por un estilo de vida sedentario.
- Nerviosa: Trastornos como depresión, hipoactividad pueden hacernos más vulnerables al aumento de peso, sobre todo porque se tiende a recurrir a la comida para aliviar el malestar emocional.
- Por desajustes del sistema del control del peso corporal: Es el tipo más frecuente y la causa reside en ingerir más calorías de las debidas al no tener sensación de saciedad.
- Enfermedades endocrinas: La obesidad está causada por trastornos como hipotiroidismo, hiperinsulinismo, hipercorticismo.
- Defecto termogénico: En estos casos el aumento de peso y acumulación de grasa deriva de la incapacidad del organismo para quemar el exceso de energía consumida.
- Por medicamentos: Fármacos como los antidepresivos o corticoides pueden favorecer la acumulación de grasas en el organismo.
- Cromosómica: La vinculada a las alteraciones cromosómicas (Síndrome de Down, Síndrome de Turner).
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