A partir de los 40 hay ciertos aspectos de nuestro estilo de vida que conviene revisar para seguir manteniéndonos en forma, tanto física como emocional porque no podemos olvidar que las emociones influyen en nuestro organismo. Así, una de las claves reside en la dieta. A partir de esta edad las grasas tienden a distribuirse de manera distinta, con tendencia a acumularse en la zona abdominal, una de las zonas corporales más rebeldes. Acumulación de grasa abdominal que nos hace más proclives a padecer algunos trastornos como diabetes o niveles altos de colesterol. De ahí la importancia de cuidar la dieta y, con ello, el peso.
A partir de los 40, en cuestión de dieta, hay que tener en cuenta otro factor no menos importante, y es que el metabolismo se ralentiza, lo que nos hace ganar peso más fácilmente, y al tiempo se pierde masa muscular.
Dieta y ejercicio
Es importante revisar la alimentación, evitando la ingesta de grasas saturadas (carne, embutidos, bollería industrial…) y aumentando la presencia en la dieta de alimentos nutritivos y bajos en calorías, como frutas y verduras. Dos alimentos fundamentales porque nos aportan nutrientes esenciales y, al tiempo, no engordan. Es aconsejable sustituir los lácteos enteros por desnatados. Lo que no debemos hacer es retirarlos de la dieta, por su contenido en calcio, mineral esencial para mantener sanos los huesos, más vulnerables a partir de los 45, edad a partir de la que se van debilitando de forma progresiva, con mayor riesgo de roturas o de padecer osteoporosis, una enfermedad que afecta sobre todo a las mujeres.
No solo cuenta la elección de los alimentos, también su modo de preparación. En lugar de fritos y rebozados, mejor preparar los alimentos al vapor, horno o a la plancha.
Y, por supuesto, el ejercicio es fundamental para mantenerse en buena forma. Elige la disciplina que más te gusta y, al menos, ponla en práctica tres veces a la semana. Además de ayudar a controlar el peso (reduce la grasa abdominal), el ejercicio reporta beneficios a la salud en general y mejora el estado de ánimo. Un paseo diario de 30 minutos y subir y bajar escaleras son actividades físicas que requieren un mínimo esfuerzo pero que, practicadas cada día, ayudan a reducir grasa y volumen de forma progresiva. Hay que aumentar gradualmente la duración e intensidad y probar nuevas disciplinas, como ir en bici o salir a bailar, por ejemplo.
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