A la hora de perder peso es importante acompañar la dieta con la práctica de deporte para reforzar los resultados. Entre las disciplinas que más adeptos ha ganado en los últimos años se incluye, sin duda, el running, un deporte perfecto para practicar sobre todo cuando llega el buen tiempo.
Antes de calzarte las zapatillas de deporte y salir a correr, conviene tener en cuenta algunas claves para conseguir los efectos esperados, es decir, adelgazar corriendo. La primera: la constancia. Muy importante también es tener en cuenta que la intensidad y tiempo de ejercicio hay que aumentándolo de manera gradual, a medida que vamos ganando condición física.
Revisar la dieta
Lógicamente, a la hora de perder peso, de nada servirá salir a correr si a la vuelta asaltamos la nevera. Es decir, es fundamental adaptar la dieta y recortar calorías innecesarias y que se traducen en acumulación de grasa. A partir de la media hora de ejercicio el cuerpo empieza a quemar las reservas de grasa. Una dieta en la que debemos apostar por alimentos más ligeros y saludables (frutas y verduras, entre otros). De igual manera, no hay que saltarse ninguna comida, ya que esto ralentizará el metabolismo, lo que hará más díficil la quema de grasa.
Beber más agua
La hidratación es fundamental para reponer los líquidos perdidos durante la práctica de ejercicio físico. El agua es la bebida más recomendada, con cero calorías. También podemos apostar por los zumos naturales o zumos verdes, mientras que debemos evitar las bebidas azucaradas, los zumos envasados y las bebidas alcohólicas. Un error muy común y que debemos evitar es beber poca agua para sudar más. Sin embargo, esto no hará que perdamos más peso, solo perdermos líquido que luego nuestro organismo nos exigirá reponer. Además, la falta de hidratación puede hacer que nos fatigemos antes e, incluso, podemos poner en riesgo la salud.
Practicar running al menos 3 días a la semana
La práctica de ejercicio debe ser regular, y no algo excepcional. Así, es importante salir a correr al menos tres días a la semana, durante 30-40 minutos, aumentando la intensidad a medida que vayamos ganando en condición física. Lo recomendable es empezar con unos 20 minutos de running y aumentar entre 2-3 minutos al día. Es importante que si nos iniciamos en el running lo hagamos de manera paulatina, alternando al principio ejercicios de andar y correr, para que no nos resulte demasiado intenso. Posteriormente es conveniente ir aumentado la dificultad de los recorridos, incluyendo tramos en cuesta o pendientes, tramos de diferentes velocidades. También es aconsejable acompañpar el running con otros ejercicios para tonificar los músculos.
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