Hipertensión: Menos sal es más salud. Prevenir es salud y, en este caso, reducir la ingesta de sal que incluimos en nuestra dieta diaria es el primer paso no solo para ganar en hábitos saludables, sino para prevenir problemas de hipertensión o cardiovasculares. Los datos hablan por sí solos: la media de consumo de sal es de 9,9 gramos al día, casi el doble de lo recomendado por la OMS y por la Agencia Española de Seguridad Alimentaria responsable del Plan Cuídate+.
Una dieta sana y equilibrada ayudará a prevenir desde problemas de peso, como la obesidad, a otros relacionados con la salud cardiovascular y en los que tiene mucho que decir un ingrediente presente en todas las cocinas y utilizada para aderezar todo tipo de platos. Hablamos de la sal, cuyo consumo excesivo no solo disfraza el sabor natural de muchos alimentos, sino que también es el responsable, según datos de la Organización Mundial de la Salud, del 49% por de los problemas cardiacos. En España, se calcula que el 35% de la población presenta problemas de hipertensión (tensión arterial elevada), es decir, tomamos casi el doble de sal de la cantidad diaria recomendada, una media, según la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) de 9,9 gramos frente a los 5 recomendados.
Conocemos la teoría, pero la práctica es otra cosa, y al igual que sucede con los consejos de una dieta equilibrada, con la dieta mediterránea como la más completa, no nos gusta renunciar al consumo de sal. Pero sin ser necesario descartarlo de nuestra dieta, podemos hacer un consumo responsable de sal. Es el objetivo del Plan Cuídate+, impulsado por la Agencia de Seguridad Alimentaria, dependiente del Ministerio de Sanidad, un programa (a través del portal virtual cuidatemas.es) que incluye herramientas para calcular el consumo de sal diario, consejos y hábitos saludables para prevenir los riesgos del consumo en exceso y sobre cómo leer las etiquetas de los productos, entre otros contenidos.
El mensaje es claro y directo: Menos sal es más salud, y no solo la que utilizamos a la hora de cocinar, sino también la denominada sal ‘oculta’, es decir, la que ya está presente en los alimentos que compramos, y que supone nada más y nada menos que el 70% de la sal consumida.