Cuentan los kilos, pero sobre todo la grasa corporal, donde reside la respuesta a por qué 3 de cada 10 delgados son metabólicamente obesos.
¿Se puede estar delgado y ser obeso? Puede parecer una contradicción, pero lo cierto es que ser delgado en apariencia no es suficiente para estar metabólicamente sano, es decir, cuando se presentan menos de 2 factores de riesgo del síndrome metabólico (circunferencia de la cintura o IMC, nivel de colesterol y de triglicéridos, presión arterial y niveles de azúcar en la sangre).
IMC y grasa corporal
La conocida fórmula del Índice de Masa Corporal o IMC (peso en kilogramos dividido por la altura en metros cuadrados) es la más utilizada para determinar si una persona tiene un peso saludable o, por el contrario, tiene infrapeso o sobrepeso. Una fórmula que en los últimos años ha sido rediseñada tras un estudio realizado por investigadores del Departamento de Endocrinología y Nutrición de la Clínica Universidad de Navarra. Los investigadores constataron la existencia de un error en la medición de la grasa corporal.
Una vez corregida la fórmula, los resultados revelaron que un tercio de las personas delgadas o con un peso normal (IMC inferior a 25) en realidad tienen un porcentaje de grasa corporal a nivel abdominal- visceral similar al de una persona obesa. Dicho de otra manera, se puede estar delgado y ser obeso y, con ello, ser más vulnerable a padecer otros trastornos. Así, se puede estar delgado y tener colesterol o diabetes, o presentar niveles elevados de presión arterial, triglicéridos e inflamación.
Estar delgado no es sinónimo de salud siempre, tal y como ha quedado constatado, y hay una variable mucho más importante a la hora de medir el estado de salud, el porcentaje de grasa corporal. Para que nuestro peso y salud metabólica vayan de la mano hay que adoptar hábitos saludables como seguir una dieta equilibrada y realizar ejercicio físico de manera regular.
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