Dieta y tabaco: Nutrientes para reparar la piel. Si eres fumadora, además de aconsejarte sobre los beneficios de dejar el hábito de la nicotina, también es importante revisar tu dieta. Uno de los efectos nocivos del tabaco es precisamente el envejecimiento prematuro de la piel, cuyas señales más comunes son la pérdida de luminosidad, tono y de firmeza. Ello implica, por tanto, un cuidado especial para nuestra piel en el caso de que todavía no hayamos decidido dejar el tabaco, un cuidado que empieza por la alimentación.
Precisamente la alimentación es una de las fuentes de las que podemos obtener una serie de nutrientes esenciales para reparar los daños que la nicotina ejerce sobre nuestra piel. Son muchos los argumentos, los cuales se traducen en beneficios para nuestro organismo, para tomar la firme decisión de dejar el tabaco, uno de los principales factores de riesgo de nuestra salud. Entre los efectos nocivos, el tabaco provoca el envejicimiento prematuro de la piel, lo que se traduce, entre otros signos, en la aparición de arrugas y de manchas, perdida de luminosidad, suavidad y elasticidad.
Nutrientes básicos cuidados piel
La nicotina es la sustancia más adictiva del cigarrillo, un hábito al que además cada vez nos enganchamos más las mujeres, siendo la adolescencia (en torno a los 13 años) cuando lo probamos por primera vez. Para reparar el daño del tabaco sobre nuestra piel la dieta es una buena aliada y, en concreto, la inclusión de determinados nutrientes:
- Vitaminas: Uno de los efectos de la nicotina es que absorbe la vitamina A y la vitamina C que necesita nuestro organismo. Los efectos en la piel son la pérdida de luminosidad. La piel se reseca y adquiere un tono mate. Una buena fuente de vitaminas para reparar los daños la encontramos en las frutas, como las naranjas y los kiwis, así como en las verduras. Una combinación de tomate y zanahoria en la dieta diaria te ayudará a ganar en salud tanto por dentro como por fuera si eres fumadora o acabas de dejar el tabaco, porque es importante recordar que, tras abandonar el hábito de fumar, nuestro cuerpo todavía necesitará un tiempo para reponerse y para recuperar el equilibro y la tonicidad que le resta el tabaco. Por eso, también es importante si estamos dejando de fumar cuidar nuestra alimentación, y sobre todo llevar unos hábitos saludables para evitar el picar entre horas o el comer por el estrés y ansiedad que puede conllevar la deshabituación tabáquica.
- Hierro: Para que nuestra piel recupere su tonicidad y, sobre todo, para dotarla del aporte de oxígeno necesario, el hierro es fundamental, un mineral esencial que encontramos en alimentos como las legumbres, las verduras de hojas verdes (espinacas, acelgas) y en las semillas.
- Fibra: La nicotina también daña las fibras de nuestra piel. La pérdida de firmeza se puede combatir con alimentos como los cereales integrales, las legumbres y una verdura como la calabaza. Además, el hierro, y en concreto las manzanas, son un buen componente para que nuestra piel vuelva a recuperar su elasticidad y firmeza.
Dieta que además debe ir acompañada de una correcta hidratación, lo que además nos ayudará a eliminar los tóxicos del tabaco y a depurar nuestro organismo. Asimismo, es aconsejable reducir el consumo de bebidas excitantes, como puede ser el café o el te, ya que pueden resultar contraproducentes para reducir la ansiedad de fumar. Además, hay momentos, como el tomar un café, que suelen estar directamente relacionados con fumarse un cigarrillo. Opta mejor por las infusiones que, además, tienen un efecto diurético y contribuyen a orinar más y, por tanto, a liberar más toxinas del tabaco.
Alimentación y tabaquismo
La alimentación juega un papel fundamental en todos los aspectos relacionados con la salud, y el tabaquismo es uno de ellos, una de las causas directas de problemas como el EPOC o el cáncer de pulmón. Pero no son los únicos efectos negativos sobre la salud, como hemos visto hasta ahora. Curiosamente, el peso, y el miedo a engordar tras dejar de fumar, es una de las excusas más utilizadas para no dejar este hábito. Es cierto que, en algunos casos, después de dejar de fumar se pueden ganar unos kilos, una media de dos a cuatro en los primeros meses según los expertos. Si bien, como subrayan los expertos, esta situación será pasajera, y generalmente motivada más por la ansiedad de dejar el tabaco que por una alimentación desequilibrada. Es decir, en muchas ocasiones, se sustituye la comida por el tabaco, y es ahí donde aparecen los kilos de más, porque además la ansiedad despierta el apetito de comer cosas dulces y menos saludables. Una vez que desaparecen los síntomas de la ansiedad y la dependencia del tabaco, seguir unos hábitos sanos y equilibrados te ayudará a recuperar tu figura sin problemas.