Dieta sin sal: ¡Alégrala!

¿Tomas demasiada sal en las comidas?, ¿el médico o dietista te ha recomendado seguir una dieta sin sal? Lo primero que tendemos a pensar es que sin sal la dieta resultará más sosa, y no es para menos si tenemos en cuenta que, de media, podemos llegar a consumir entre 10-15 gramos de sal al día, el doble de la cantidad recomendada. Y es que no solo hay que contabilizar la sal que añadimos con el salero, sino la que incluyen los alimentos en su composición.

Es cierto que la dieta sin sal o dieta hiposódica es la recomendada para la hipertensión por excelencia, pero en realidad hay otros muchos problemas de salud que hacen que la sigamos, como la insuficiencia renal o las retenciones de líquidos. Y es que acostumbrarse a comer sin sal no siempre es fácil, lo sabemos, incluso nos volvemos inapetentes. Pero antes de tomártelo mal, piensa que ganarás en salud y estarás contribuyendo a mantenerte en tu peso ideal.

Qué es una dieta baja en sal

Una dieta hiposódica es aquella en la que no se supera la ingesta de 2-3 gramos de sal (aproximadamente una cucharilla rasa de café). Para seguir esta dieta conviene no añadir sal a la comidas, elegir productos bajos en sal y leer siempre las etiquetas de los alimentos.

Alimentos que debes evitar

  • Ahumados
  • Pescados ahumados y caviar
  • Bollería industrial
  • Bebidas gaseosas
  • Sopa de sobre, cubitos para dar sabor a las comidas, purés instantáneos
  • Conservas
  • En general todo aquello que pueda contener sal, como el pan o la margarina

Alimentos que puedes consumir

  • Postres y bollería siempre que sean caseros
  • Legumbres
  • Hortalizas
  • Carnes y pescados
  • Huevos
  • Frutos secos que no lleven sal

Cómo condimentar comida sin sal

Aunque te pueda parecer duro al principio verás como hay un montón de sabores que desconocías, y es que la sal es no es ni mucho menos el único aderezo. Para comer con menos sal:

  • Hierbas y especias aromáticas: Hay especias que dan sabor como la cayena, la pimienta, el laurel, el orégano… vete cambiando los sabores, llegará un momento en que ni te acuerdes de la sal. Y aquí encontramos además un aliado perfecto para adelgazar, el jengibre.
  • Zumo de cítricos: ¿Sabías que un chorrito de zumo de cítricos o de ralladura es perfecto par realzar el sabor de carnes y pescados?
  • Aderezos con hortalizas: Con hortalizas como cebolla, ajo, puerro o cebollino puedes preparar un sofrito para realzar el sabor de las recetas.
  • Aceites aromáticos: Tan sencillos de preparar como añadir algún ingrediente aromático al aceite, como albahaca, orégano, azafrán o limón.

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