Dieta y estado de ánimo forman un tándem inseparable a la hora de perder peso sin sufrir altibajos, tanto en nuestro propio peso como en nuestro ánimo. De hecho, uno de los principales motivos por los que renunciamos a seguir con una dieta es el desánimo motivado por la falta de vitalidad y por la ansiedad por la comida. En la propia alimentación vamos a encontrar algunos alimentos que serán un excelente aliado para adelgazar sin perder el buen humor. Tomamos nota.
Cambiar de dieta en cuanto cunde el desánimo no es la mejor solución, ya que no solo estaremos más expuestas al efecto rebote –ganar el peso perdido de manera rápida- y más lejos de nuestro objetivo. Los altibajos de peso y de ánimo se pueden evitar, siguiendo unos sencillos consejos e incluyendo en nuestra dieta alimentos que, por un lado nos reportan menos calorías y, por otro, nos ayudan adelgazar de manera vital y optimista.
No solo es importante la selección de alimentos, sino también el seguir una serie de hábitos saludables. Así, por ejemplo, un déficit de proteínas puede provocar carencia de triptófano, precursor de la serotonina, un neurotransmisor que nos ayuda a sentirnos más animados, a combatir la irritabilidad y a controlar el apetito. Otros hábitos erróneos son empezar el día con un desayuno incompleto o hacer una cena demasiada ligera. Así, por ejemplo, aunque la ensalada es un alimento sano, puede resultar demasiado ligero, por lo que conviene acompañarla de un huevo duro, barritas de surimi, una lata pequeña de atún natural, para evitar sentir hambre enseguida y, con ello, el sentirnos más irritables.
Alimentos ligeros y naturales
Los ácidos grasos Omega 3, entre otros beneficios, tienen efectos antidepresivos, mejoran el tono vital y ayudan a reducir el exceso de grasa. Lo más aconsejable es incluir pescado azul en nuestra dieta al menos tres veces por semana. Una alternativa, como complemento, son las perlas de aceite de pescado, ricas en Omega 3 (contraindicadas si tomamos anticoagulantes).
A la hora del desayuno, para completar la primera comida del día se recomienda tomar salvado de avena. También ayuda a combatir la irritabilidad causada por el estreñimiento (como consecuencia de la restricción de grasas en la dieta) y a saciar el apetito. Basta añadir una cucharadita de salvado de avena a la leche o al yogur (mejor desnatados) y beber mucha agua al día.
Entre las frutas que no pueden faltar en nuestra dieta las fresas, acompañadas de zumo de limón. Las fresas, además de su elevado contenido en agua (90%), son una inyección energética por su elevado contenido en vitamina C, ácido fólico, hierro y manganeso. Para potenciar su sabor y para combatir la fatiga y la ansiedad, el consejo es macerar las fresas en zumo de limón. Y para endulzarlas, estevia, con cero calorías.
Otro complemento de la dieta interesante son las cápsulas de germen de trigo con levadura de cerveza, ya que su aporte en hierro y cromo nos ayudan a combatir la fatiga y a controlar el impulso por los alimentos más dulces. También tienen un elevado contenido en magnesio y vitamina B6.
Picoteos ligeros y saciantes
Si caes en el picoteo entre horas, no tendrás que arrepentirte si optas por alimentos ligeros, sanos y saciantes, como las zanahorias, pepinillos en vinagre, berberechos, yogur desnatado con frutos secos, gelatina sin azúcar o fruta como manzana, pera o ciruela.
