Dieta mediterránea: Recupérate de los excesos del verano. El calendario avisa del final del verano y, en ocasiones, también la báscula nos recuerda que hemos caído en más de una tentación culinaria. ¿Has cometido más de un exceso? Los aperitivos, las cañas, las comidas fuera de casa… el verano invita a ser menos estrictos con la dieta. Si nos hemos relajado un poco y cometido algún exceso, la dieta mediterránea es la mejor aliada para recuperarnos. Un consejo de médicos, dietistas y nutricionistas que apuestan por el perfil dietético más sano, equilibrado y variado.
Vuelta a los quehaceres cotidianos tras el descanso veraniego y, con ello, no está de más revisar nuestra dieta. En ocasiones se encarga la báscula, recordándonos que quizá caímos en la tentación más de lo previsto. Las cañas, tapas y las comidas fuera de casa son los excesos más habituales durante los meses de verano en el capítulo de la alimentación. Pero no hay que darle más vueltas porque tenemos una aliada de primera para recuperar los hábitos saludables y, al tiempo, recuperar nuestro peso de la manera más saludable. La dieta mediterránea es la recomendación de los especialistas en dietética y nutrición, una dieta variada, sana, equilibrada y planificada.
Una dieta equilibrada es la mejor inversión en salud, ya que ayuda a mantener tanto nuestro estado físico como mental. Las prisas, las responsabilidades familiares, laborales, no están reñidas con una alimentación sana y cuidada. Todo lo contrario, es la mejor manera de afrontar el día a día. Lo más aconsejable es realizar cinco comidas al día, lo que ayudará a repartir de manera equilibrada la energía, evitando la sensación de apetito, el picoteo entre horas o el comer por ansiedad.
Y entre las comidas, los especialistas aconsejan poner especial hincapié en el desayuno, tanto en el caso de los más pequeños de la casa como de los adultos. Los especialistas apuntan a que un desayuno pobre favorece el cansancio, la irritabilidad y los problemas de concentración y rendimiento durante las primeras horas del día.
Dieta mediterránea: Ejemplo perfecto de dieta sana
La pirámide alimentaria de la dieta mediterránea expone y recoge los principios básicos de una alimentación sana, variada y equilibrada, lo que la convierte en un ejemplo perfecto de dieta sana. Una dieta que incluye:
- Consumir a diario frutas, verduras, cereales, patatas, pasta y arroz (integrales o con fibra).
- Consumir semanalmente pescados, carnes magras, huevos y legumbres (un máximo de cinco raciones a la semana de cada grupo).
- Limitar y reducir a un consumo esporádico los embutidos, refrescos, salsas y snaks, comida precocinada y carnes grasas.
La preparación de los alimentos también es importante, recomendando la plancha, horno, vapor o microondas. Menos sal, como ya sabemos, es más salud, por lo que es más aconsejable buscar sustitutos, como las especias. Y, aunque en verano se incide más en este consejo, la hidratación correcta no conoce de estaciones, por lo que ésta sigue jugando un papel esencial.
Ejercicio físico
El sedentarismo, más que un mal hábito, es para médicos y especialistas una enfermedad, por los problemas de salud que puede llevar aparejados. Para que nuestra dieta sea todavía más completa, debemos combinarla con la práctica de ejercicio físico, lo que entre otros beneficios nos ayudará a mantener nuestro peso, a regular los niveles de colesterol y de glucosa, a reducir el estrés y la ansiedad y a prevenir los problemas cardiovasculares.