Dieta mediterránea: Aliada del verano para evitar ganar peso. Es el mejor exponente de la alimentación sana y equilibrada y, como subrayan los expertos y nutricionistas, la mejor aliada para prevenir las alteraciones de los hábitos alimenticios durante los meses de verano, época en la que tendemos más a dejarnos llevar por la tentación de alimentos menos beneficiosos para nuestra salud y porque también picamos más entre horas. Esto descompensa nuestra dieta, siendo la primera consecuencia el aumento de peso.
Con la llegada del calor y las altas temperaturas tendemos a descuidar nuestra alimentación, la cual es una premisa básica para preservar nuestra salud y evitar un indeseado aumento de peso. Ya de por sí médicos y expertos vienen insistiendo en que no prestamos toda la atención que deberíamos a nuestra alimentación. De ahí, el aumento de la prevalencia de trastornos de salud como el sobrepeso o la obesidad, pero también la diabetes o la hipertensión. Precisamente, para evitar ganar kilos de más durante estos meses de verano, y para seguir apostando por nuestra salud, los expertos en nutrición recomiendan seguir la dieta mediterránea, la mejor aliada para evitar caer en la tentación de incluir alimentos menos saludables en nuestras comidas y sobre todo evitar el picoteo entre horas.
Las pautas de la dieta mediterránea se deben mantener durante todo el año, para evitar desequilibrios nutricionales y, por otro lado, un aumento de peso innecesario. Una dieta normocalórica y variada, combinada con una correcta hidratación y la práctica de ejercicio físico es la receta de los nutricionistas para disfrutar de un verano saludable. ¿Cómo se consigue? Para evitar el exceso de calorías (cuando ingerimos más de lo que gastamos) lo más recomendable es moderarnos con el consumo de helados, platos precocinados o bebidas alcohólicas, todos ellos hipercalóricos.
La hidratación, como sabemos, es fundamental, y sobre todo en los meses de verano, época en la que por el calor debemos tomar, al menos dos litros de agua diaria, combinadas con infusiones o tés, bebidas frías y acalóricas. La hidratación es especialmente importante en el caso de los niños y las personas mayores, más vulnerables la pérdida hídrica de nuestro organismo. En el caso de los más pequeños, tal y como recomiendan los nutricionistas, la mejor manera y la más sencilla de asegurarnos de que toman suficiente líquido así como alimentos naturales es recurrir a los batidos y zumos de frutas. Fundamental, como también sabemos, es el beber sin esperar a tener sed.
Si nos centramos en los alimentos, la despensa de la dieta mediterránea nos brinda recetas saludables que, además, nos ayudarán a combatir la ola de calor, como el aumentar la ingesta de verduras (entre dos y cuatro raciones al día) y de frutas de temporada (sandía, piña, melón). Las verduras, mejor crudas, en ensaladas o en gazpacho, y la fruta, en piezas enteras o en zumos. El desayuno debe ser la comida más importante del día, la que nos aporte la energía suficiente después del descanso nocturno. Un desayuno saludable, sobre todo para los más pequeños, en el que no deben faltar una pieza de fruta, cereales y un lácteo.