Dieta hipocalórica para proteger el cerebro y para prevenir su envejecimiento. Llevar una dieta equilibrada y baja en calorías es saludable para mantener activo y joven uno de los órganos más importantes de nuestro cuerpo, el cerebro, tal y como constata el último estudio de investigación que ha desvelado el mecanismo de la molécula responsable de mantener activo nuestro cerebro. Un estudio que, según señalan sus autores, abre la puerta a la investigación de nuevos fármacos para proteger nuestro cerebro sin necesidad de someterse a estrictos regímenes.
Somos los que comemos, y la última prueba es que la dieta y la ingesta de calorías incide directamente en nuestro cerebro. La mejor manera de protegerlo es mantenerlo activo para así evitar su envejecimiento, y para ello, el último estudio de investigación llevado a cabo por el equipo de la Universidad Católica de Roma, un buen aliado es comer menos. Los resultados de este estudio, publicado por la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos y en fase de laboratorio (con ratones), señalan que las dietas hipocalóricas tienen efectos positivos sobre el cerebro, ya que activan la molécula (CREB1) responsable de su funcionamiento y, entre otras, de funciones como el aprendizaje y la memoria, regulando además los niveles de ansiedad. Pero esta molécula tiene además otra función no menos importante, y es su capacidad de activar otras moléculas como son las sirtuinas, es decir, activa los genes de la longevidad.
El cerebro es uno de los órganos más importantes de nuestro cuerpo. Su longevidad determinará en gran medida nuestra calidad de vida y la prevención de otros trastornos de la salud. De la misma manera no resulta sorprendente que la alimentación juegue un papel fundamental en su protección, ya que la dieta es la premisa esencial de los cuidados de nuestra salud y la garante de la esperanza de vida.
Los investigadores italianos han señalado que uno de los grandes logros de este estudio es que permite abrir la puerta al estudio y desarrollo de nuevos fármacos cuyo objetivo será precisamente activar esta molécula, pero sin necesidad de dejar comer o de someternos a estrictas dietas para reducir la ingesta de calorías.
Asimismo, la dieta hipocalórica suministrada a los ratones de este ensayo han constatado también otros beneficios para la salud. Hay que señalar que, en este caso, la dieta se basaba en la ingesta del 70% de lo que comerían de manera habitual. Así, una dieta baja en calorías previene no solo los problemas de obesidad y diabetes, sino que también mejora la función cognitiva y la memoria, dos factores que a su vez ayudan a prevenir otra enfermedad como el Alzheimer.