Dieta celiaquía: Evitar problemas de obesidad

celiaquia y obesidad
Dieta celiaquía: Evitar problemas obesidad. Cuidar la dieta es importante no solo porque constituye la única manera de tratar la celiaquía o intolerancia al gluten, sino porque llevar una alimentación desequilibrada, con mayor presencia de productos manufacturados, puede hacer a las personas celiacas más vulnerables a padecer obesidad. El motivo es que este tipo de productos, como señalan los especialistas en nutrición, pueden tener un mayor contenido en azúcares y grasas. Las premisas de una alimentación saludable para los celiacos son similares a la de aquellas personas que no padecen este trastorno. La única diferencia radica en el gluten.
 
No se trata de prohibir, sino de apostar por la moderación, y sobre todo de seguir una dieta equilibrada. Una premisa esencial y que también deben seguir las personas celiacas. En estos casos, cuidar la alimentación es si cabe aún más importante, ya que es el único tratamiento posible para la intolerancia al gluten. Y aquí es donde aparecen los productos manufacturados sin gluten, los cuales suelen contener una cantidad mayor de azúcares y grasas para hacerles más atractivos al paladar. Abusar de su consumo puede favorecer el aumento de los niveles de colesterol y de obesidad. Por este motivo, lo más aconsejable es no abusar de este tipo de alimentos e incluirlos en la dieta solo de manera ocasional y siempre dentro de una dieta equilibrada y no como sustitutos.
 
Aunque hay algunos alimentos que deben ser sustituidos (entre ellos, los más comunes, como las galletas, la pasta o el pan, todos ellos alimentos con gluten), los celiacos pueden comer carne, pescado, frutas, verduras y legumbres, entre otros, sin problemas. Alimentos indispensables en una dieta sana y variada.
 
La celiaquía es una patología autoinmune caracterizada por la intolerancia al gluten (proteína). La predisposición genética y el consumo de gluten son los dos factores de la ecuación de la celiaquía, si bien hay otros factores que también hay que tener en cuenta y que pueden estar detrás del desarrollo de esta intolerancia, como algunas infecciones intestinales. La lactancia materna puede ayudar a prevenir su aparición y su ausencia justo lo contario, hacernos más vulnerables.
 

Celiaquía: Riesgos

Contar con un diagnóstico es fundamental para controlar la celiaquía y evitar complicaciones, ya que cuando se presenta puede venir acompañada de síntomas tales como diarrea o distensión abdominal. Según datos médicos, se estima que en nuestro país hay 800.000 celiacos, sin embargo, un porcentaje muy bajo, el 10%, cuenta con un diagnóstico. El motivo es que no siempre los síntomas son evidentes. De hecho, pueden ser totalmente ajenos al sistema digestivo, como dolores de cabeza o cefaleas, problemas de fertilidad o artritis.
 
Entre las complicaciones que puede provocar la celiaquía si no se sigue un tratamiento adecuado (una dieta sin gluten y equilibrada) no solo se incluyen los problemas de obesidad, también la osteoporosis y la anemia ferropénica.
 
La celiaquía, si no se trata, puede mermar la calidad de vida. Y no solo la física, porque estamos ante un trastorno que puede condicionar nuestra vida social, por ejemplo, a la hora de salir a comer fuera de casa, pese a que la oferta de restaurantes con menús sin gluten es cada vez mayor.

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