Cada 6 de abril se celebra el Día Mundial de la Actividad Física y el Deporte, impulsado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) con el objetivo de concienciar sobre la importancia de practicar ejercicio de manera regular como premisa básica de salud y bienestar. Pese a que conocemos la teoría, la práctica es otra cosa. Tal y como desvelan los datos, en nuestro país más del 54% de la población no realiza ningún tipo de deporte, lo que aumenta los riesgos de padecer determinadas enfermedades crónicas evitables. Y es que el ejercicio físico juega un papel esencial en el tratamiento y prevención de algunas dolencias (hipertensión, colesterol alto, dolores lumbares y cervicales, alergias, artrosis), al tiempo que es la mejor manera, junto a una dieta sana y variada, de cuidar el peso.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística, solo tres de cada 10 españoles practica algún tipo de deporte una media de dos veces a la semana. Practicar ejercicio no es sinónimo necesariamente de machacarse en el gimnasio, ya que un ejercicio tan sencillo como andar también reporta notables beneficios a la salud. Es importante tener en cuenta la condición física y el estado de salud a la hora de elegir el deporte más adecuado para cada uno. ¿Cuál es el que más te conviene? De la mano del doctor puertas, traumatólogo del Hospital Vithas Montserrat, damos respuesta a esta pregunta.
1. Ejercicio cardiovascular para el corazón
Si pademos problemas de hipertensión o con la circulación sanguínea, conviene realizar una rutina de ejercicios cardiovasculares. Ejercicios como montar en bici, marcha o natación. De forma regular, entre 3 y 4 veces a la semana, y en sesiones de entre 30-60 minutos, evitando forzar y aumentando la intensidad de manera gradual. Otros ejercicios sencillos para incluir en el día a día son subir y bajar escaleras, ir en bici al trabajo o bajarse una parada antes.
2. Nadar para cuidar la espalda
Si tienes dolores lumbares o cervicales, la natación es la mejor opción, y los ejercicios en el agua ya que ayudan a reducir el dolor y activar los músculos de la espalda. El efecto masaje del agua tiene efecto analgésico. A la natación se puede sumar el yoga, movimientos lentos y sincronizados que buscan el equilibrio y la concentración.
3. Running para el colesterol
Para controlar los niveles de colesterol, lo mejor son los ejercicios aeróbicos, de fuerza y la flexibilidad. Caminar, correr o montar en bici son las actividades más completas. La recomendación es hacer al menos 3 horas de ejercicio a la semana para aumentar el colesterol bueno en sangre. Con 120 minutos de running a la semana se queman alrededor de 900 calorías.
4. Ejercicios para las articulaciones
Los ejercicios respetuosos con las articulaciones, en especial si tenemos un problema de articulaciones, son el ciclismo y la natación, salvo en casos de desgastes o lesiones que se puedan ver afectadas. Por ejemplo, si la rodilla acusa un mayor desgaste, mejor optar por otra actividad en lugar del ciclismo. A estos se suma la bic elíptica en los gimnasios y la marcha nórdica.
5. Ejercicio en casa si te ataca la alergia
Las alergias no son motivo para no hacer deporte, ya que podemos realizar los ejercicios en el gimnasio o en casa. Pesas, gimnasia de mantenimiento o correr en las cintas son actividades muy recomendables. Es importante vigilar la respiración y las pulsaciones, y en caso de dificultades o aumento desmesurado del ritmo cardiaco, parar.
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