Correr en la playa es una experiencia placentera si se realiza correctamente. Hacer running en la arena, acompañados del sol y la brisa del mar, aporta un extra de energía y de vitalidad y ayuda a quemar calorías mucho más rápido.
Correr por la playa es además un ejercicio antiestrés, pero por las particulares características del terreno conviene tener en cuenta una serie de consejos antes de calzarse las zapatillas. No solo es un ejercicio más exigente, sino que excederse puede aumentar el riesgo de lesiones.
Beneficios de correr en la playa
- Correr por la playa adelgaza al quemar más calorías, ya que los músculos trabajan más para adaptarse al terreno. Además la humedad aumenta la sudoración, lo que ayuda a eliminar toxinas.
- Fortalece la musculatura del pie y trabaja con más intensidad los cuádriceps y gemelos.
- Mejora la flexibilidad del tobillo.
- Incrementa el trabajo físico.
- Mejora la fuerza y potencia de la zancada.
- Mejora el equilibrio.
- Fortalece la resistencia aeróbica.
- Mejora la respiración.
Consejos para correr en la playa
- Evitar recorrer distancias largas y mantener un ritmo moderado de carrera son dos de las cosas que debes saber antes de empezar a correr por la playa.
- Correr por la orilla del mar tratando de evitar las zonas donde la arena esté más blanda. En las zonas más compactas, podemos combinar pasos cortos y zancadas más largas, y en las zonas de arena más seca, zancadas más cortos para evitar perder el equilibrio.
- Planificar un recorrido de idea y de vuelta de la misma distancia para evitar un sobreesfuerzo de los músculos de un lado de la cadera debido al desnivel del terreno en la orilla de la playa.
- Evitar salir a correr en las horas centrales del día, y utilizar siempre una gorra y protector solar para evitar riesgos con el sol.
- Hidratarse correctamente antes, durante y después del ejercicio, y al menor signo de agotamiento, lo mejor es parar y refrescarse.
Riesgos de correr en la playa
- Correr por la playa exige un mayor esfuerzo de los tobillos y el tendón de Aquiles, lo que puede aumentar los riesgos de una lesión si nos exigimos demasiado.
- Hay que tener cuidado con el desnivel del terreno y con los obstáculos que podamos encontrar (hoyos, castillos de arena…).
- La arena de la playa es un terreno más resistente, lo que supone un mayor impacto sobre las articulaciones y una mayor exigencia a los músculos, en especial las piernas y los gemelos, por lo que excederse en velocidad y distancia puede ser contraproducente.
- Correr por la playa es un ejercicio desaconsejado en caso de problemas en las articulaciones o de lesión en la rodilla o tobillos.
- La humedad y las altas temperaturas pueden aumentar el riesgo de deshidratación.
Correr en la playa descalzo o con zapatillas
Cierto que el agua del mar y el contacto con la arena invita a correr descalzo, aunque conviene que no sea lo habitual para evitar una sobrecarga para las articulaciones. Para correr por la playa hay que elegir unas zapatillas de running específicas, ligeras y con una buena amortiguación.
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