Cómo hacer una pizza casera light

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La pizza es una de esas tentaciones culinarias que ya podemos encontrar preparadas. Pero, ¿sabías que puedes preparar tú misma una deliciosa pizza casera con muchas menos calorías? Cualquier alimento precocinado (desde pizza a lasaña) reportará siempre más calorías que uno preparado en casa. Controlar los ingredientes de la pizza es fundamental para evitar sobrepasarse con las calorías. De hecho, en algunos casos, tan solo es cuestión de sustituir algunos ingredientes para conseguir una receta más nutritiva y sabrosa. ¿Cómo hacer una pizza light en casa? Toma nota, verás lo sencillo que es aligerar la pizza, y lo delicosa que estará al comerla.

Pizza casera light
Empezamos por la base. La base preparada en casa (con harina, agua, levadura, sal y un chorrito de aceite de oliva para dejarla más jugosa), es mucho más saludable que las ya compradas, ya que éstas contienen aditivos como grasas y azúcares, las cuales son una suma ineludible de calorías. Algunas pizzas precocinadas incluyen queso, tanto como ingrediente como añadido de la base, lo que puede añadir colesterol y grasa saturada. Para hacer la base de la pizza, también se puede utilizar harina integral. Lo importante es recordar que cuantos menos ingredientes añadidos tenga, más sana y menos calórica será. La base no tiene que ser muy gruesa, sino más bien fina, como las auténticas pizzas italianas.

A continuación, hay que seleccionar los ingredientes:

  1. Queso: Es uno de los ingredientes que más calorías aporta a las pizzas. El queso debe ser un ingrediente más y no añadir en exceso, ya que puede ocultar el sabor de otros. Para hacer una pizza light, hay que evitar, salvo como un pequeño toque decorativo, el queso azul (muy graso), los muy curados o los que incorporan nata.
  2. Pollo, pavo, jamón magro: Son algunas de las alternativas, más saludables y menos calóricas, al tradicional bacon, chorizo o salami (pepperoni) que se añaden a las pizzas. Todos ellos son ricos en grasas y en proteínas, siendo mejor optar por carnes magras (pollo, pavo, ternera), jamón (sin tocino).
  3. Vegetales: Desde los champiñones, puerros, ajetes o espárragos, todos son ideales para añadir a la pizza. Cualquier verdura u hortaliza que tengamos en la despensa, previamente salteada en la sartén con un chorrito de aceite de oliva, aderezadas con hierbas y especias aromáticas, es una buena opción para preparar una pizza casera baja en calorías. Como ejemplos: espinacas con champiñones, aceitunas y pimientos; o brócoli con queso y tomate.
  4. Marisco: Gambas, mejillones, pulpo… son ricos en proteínas y, lo mejor, bajos en grasas. Se pueden utilizar para elaborar una rica pizza al estilo marinero, combinándolos con vegetales variados.
  5. Pescado: En cuanto a los pescados, podemos añadir como ingredientes atún, caballa e, incluso, sardinas. Todos aportan muy pocas calorías. Y no te olvides del salmón ahumado, acompañado de tomate naturales, champiñones y otras hortalizas es una rica combinación. Y si quieres un sabor diferente, prueba con las anchoas.

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