Celiaquía: Síntomas según la edad. La enfermedad celiaca se puede diagnosticar a cualquier edad, pero sus síntomas varían notablemente, pasando de la diarrea en los niños a la anemia y el malestar continuo en los adultos. Tal y como señalan los expertos, puede considerarse el trastorno inflamatorio intestinal más frecuente, siendo el único tratamiento para la celiaquía la dieta sin gluten (proteína presente en el trigo, centeno, avena, avena). Un tratamiento que se debe mantener de por vida ya que la inflamación del intestino dificulta la correcta absorción de los nutrientes de los alimentos. Para aprender a convivir con la celiaquía y que esta no sea un obstáculo de nuestra salud, el primer paso es reconocer los síntomas.
Conocer los síntomas es importante, máxime si tenemos en cuenta que los médicos y especialistas consideran que no todos los celiacos lo saben y, por tanto, no han sido diagnosticados. No obstante, se estima que el 1% de la población padece esta patología. Síntomas que no son iguales en niños y en adultos. ¿Cómo diferenciarlos? Según la Federación de Asociaciones de Celiacos de España, hasta los 2 años, los síntomas más frecuentes son vómitos, diarreas, pérdida de masa muscular, bajo peso y distensión abdominal. A partir de esa edad, la baja estatura, los problemas de anemia o las alteraciones del carácter pueden delatar un diagnóstico de celiaquía. Por su parte, en el caso de los adultos, el dato más sorprendente es que la celiaquía es más frecuente entre las mujeres, especialmente a partir de los treinta años.
Los síntomas más comunes en el caso de los adultos son pérdida de peso, anemia ferropénica o diarrea. En algunos casos también puede ir acompañada de problemas de estreñimiento, un trastorno más frecuente también entre las mujeres y que puede hacer pensar, en algunos casos, que se trata de un problema de intestino irritable.
Celiaquía: Signos
Vamos a detenernos en los síntomas en tres etapas:
- Infancia: Vómitos, irritabilidad, distensión abdominal, astenia, diarreas, introversión, pelo frágil, pérdida de peso, defectos del esmalte dental, hiperactividad o fallo de crecimiento.
- Adolescencia: Anemia ferropénica, diarrea, dolor abdominal, dolor de cabeza, baja estatura, estreñimiento, retraso puberal, menarquía tardía o artritis crónica juvenil.
- Adulto: Diarrea, irritabilidad, astenia, pérdida de apetito y de peso, cansancio, anemia ferropénica, fragilidad de los huesos, estreñimiento, problemas de fertilidad, menopausia precoz, dermatitis herpetiforme, artritis o niveles elevados de transaminasas.
Celiaquía: Consejos tratamiento
Tal y como hemos señalado, la enfermedad celiaca solo se puede tratar con la dieta sin gluten, en la que primen alimentos naturales (carne, huevos, pescado, legumbres, frutas y verduras, cereales sin gluten y leche). Además, la variedad de productos elaborados específicamente para personas celiacas es cada vez mayor, al igual que su precio, algo que hace que su cesta de la compra tenga un coste bastante superior. De momento, en nuestro país, no hay ayudas ni subvenciones para costear la alimentación de una persona diagnosticada de celiaquía, pese a que es su único tratamiento posible. A este respecto, para ayudar a confeccionar los menús y resolver las dudas posibles, FACE publica anualmente un listado de alimentos aptos para celiacos.