La barriga cervecera es el término coloquial que utilizamos cuando el incremento de peso se concentra especialmente en esta zona del cuerpo. En otras palabras, la acumulación de grasa abdominal y en la que los hábitos de alimentación tienen mucho que decir. Una dieta desequilibrada, sumado a la falta de ejercicio, son dos de las causas más comunes de la aparición de barriga, y no solo el consumo excesivo de cerveza y de otras bebidas alcohólicas como comúnmente se piensa. Es lo que en términos médicos se denomina hipertrofia grasa. Seguir un estilo de vida saludable es incluso más importante en el caso de aquellas personas con predisposición genética a acumular grasa en el abdomen.
La barriga cervecera, que puede aparecer en hombres y mujeres, suele empezar a manifestarse bastante pronto, en torno a los 20 años (aproximadamente cuanto finaliza la etapa de crecimiento), o al menos las primeras señales de tendencia a acumular grasa en abdomen y caderas (los denominados michelines). A partir de los 30 no solo la grasa tiende a acumularse con más facilidad, sino que también se corre el riesgo de que los músculos se debiliten más rápido. Hay que recordar que a partir de los 35 el metabolismo tiende a ralentizarse, con lo que resulta más difícil quemar las calorías extras.
Tal y como hemos señalado la barriga cervecera no es cosa solo de hombres, también de mujeres, si bien hay la diferencia radica en la zona donde más tiende a acumularse la grasa. En el caso de las mujeres la zona del ombligo y las caderas suelen ser las más rebeldes, mientras que en el caso de los hombres la grasa se distribuye por todo el abdomen.
Los kilos de más pasan factura a nuestra salud, afectando al sistema inmune y haciendo más proclives a padecer trastornos como diabetes o hipertensión arterial, factor de riesgo a su vez de problemas cardiovasculares.
Cómo eliminarla
Prevenir vale por dos, y para ello seguir una alimentación sana, variada y equilibrada es la premisa clave. Para evitar la acumulación de grasa, y la antiestética barriga cervecera, conviene reducir la presencia de hidratos de carbono y eliminar los ácidos grasos saturados. Debemos apostar por una dieta rica en frutas, verduras, fibra… acompañada de la práctica de ejercicio físico de manera regular.
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