Alimentación infantil: Alergias más comunes. Las alergias alimentarias son un problema de salud frecuente entre los más pequeños, especialmente si cuentan con antecedentes familiares. De hecho, según datos médicos, se estima que en el caso de que ambos progenitores sean alérgicos, las posibilidades del niño de padecer una alergia alimentaria se sitúan entre el 50 y el 80 por ciento. ¿A qué alimentos suelen ser alérgicos los niños? La leche de vaca, el huevo, cereales, frutos secos o pescado son las más comunes.
Las alergias alimentarias se producen cuando el sistema inmune reacciona ante una sustancia (alimento, aditivo alimentario) que reconoce como un alérgeno, provocando desde una dermatitis, vómitos o dolores abdominales a complicaciones más severas, como asma o rinitis. Alergias que son bastante frecuentes entre los más pequeños, especialmente si alguno de los padres también es alérgico a algún tipo de alimento. Entre los que provocan las alergias más comunes están las proteínas de la leche de vaca, las proteínas del huevo, los frutos secos, el pescado y los cereales. Veamos las características que definen cada una de estas alergias alimentarias.
Alergia a la leche de vaca
Es una de las alergias más frecuentes entre los más pequeños, especialmente entre los lactantes. Suele detectarse cuando el niño comienza a tomar leche artificial. En el caso de alergia, habrá que sustituir la leche de vaca por otras que no contengan esas proteínas, como puede ser la leche de soja. Asimismo, habrá que evitar los derivados de la leche de vaca (yogures, quesos), así como la carne de ternera cuando empiece a tomar alimentos más sólidos. En algunos casos, puede que esta alergia revierta al crecer, pero antes de reintroducir alimentos que contengan o derivan de la leche de vaca será necesario confirmar bajo supervisión médica que no existe intolerancia. Además de la leche de soja, otra alternativa está en los hidrolizados (fórmulas industriales).
Alergia al huevo
En concreto, la alergia es a las proteínas que contiene la clara del huevo. Suele asociarse también a la alergia anterior, a las proteínas de la leche de vaca. En este caso, hay que tener en cuenta que el huevo está presente en otros muchos alimentos, tales como dulces, el pan, la pasta, embutidos, lácteos, quesos, gelatinas, sopas y en algunos cereales del desayuno. Además, el huevo también se utiliza para la elaboración de productos de higiene (gel, champú, jabones) e, incluso, algunos medicamentos, vacunas (sarampión, rubeola o paperas) y preparados vitamínicos contienen proteínas del huevo.
Alergia a los cereales
Trigo, cebada, centeno, avena… son los cereales que provocan la alergia y que, en este caso, se conoce como celiaquía. Hay que señalar que más que una alergia, la celiaquía es una inflamación crónica del intestino que dificulta la correcta absorción de los alimentos que contienen gluten, proteína presente en la lista de cereales. En este caso, la única solución es seguir una dieta sin gluten, tras el diagnóstico médico.
Alergia al pescado
Alergia al pescado y al marisco, una de las más frecuentes entre los niños. Alergias que, en este caso, suelen venir causadas por la histamina y por el anisakis, parásito que puede aparecer en el pescado y que, para evitarlo, se debe eliminar el pescado crudo o poco hecho de la dieta.
Esta alergia también conlleva otro problema, y es que al no poder comer pescado puede darse una carencia de ácidos grasos poliinsaturados, por lo que será necesario complementar la dieta con alimentos como aceites de semillas o los frutos secos, siempre que sean tolerados.
Alergia a los frutos secos
Cacahuetes, pistachos, castañas, nueces o almendras. Son algunos de los frutos secos que más alergias producen. Lo más conveniente es descartar de la dieta el fruto seco que le produce alergia, especialmente si hay antecedentes familiares. Hay que tener cuidado porque muchos productos de bollería, gallegas o productos horneados suelen contener frutos secos.