Si abusaste de las parrandas veinteañeras, del alcohol y la comida basura y todavía no te has preocupado por tu cuerpo, tal vez deberías estar alerta. Aunque ya tienes una edad donde sabes que la tripita blandita o tu aumento celulítico se deben de “llevar con orgullo” y son parte de tu “belleza natural”, hay algo que debe ser tu prioridad: tu salud interior.
Tal vez tu cuerpo no se inmutó por los excesos de los 20, pero es muy probable que comenzaran a hacer estragos por dentro y empiecen a reflejarse en esta nueva etapa de tu vida. ¿Sabías que a partir de los 30 la vida sedentaria produce un aumento de hasta el 36% de acumulación de grasa intramuscular? Así que chicas, la cosa cambia a los 30, por lo que es recomendable cuidarse.
- Principalmente debes cambiar tus malos hábitos alimenticios, si es que los tienes, por unos más saludables. Una alimentación variada, rica en verduras, proteína, antioxidantes, hidratos de carbono “buenos”(como las frutas) y grasas “buenas” (como los aceites vegetales crudos) te ayudarán a mantenerte sana. Sobre todo, evita la comida rápida, las grasas saturadas y el exceso de azúcar. ¡Y no olvides hidratarte! Siempre es preferible que acudas a un nutricionista que te asesore sobre una adecuada alimentación acorde con tu peso y edad.
- Sin embargo, a partir de los 30 la alimentación no es suficiente para mantener un cuerpo saludable. Numerosos expertos aseguran que el ejercicio es fundamental para la regeneración de los tejidos, mantener joven el corazón y prevenir enfermedades. Los ejercicios de cardio moderado, el yoga para mantener la elasticidad y los entrenamientos con pesas son los más adecuados para esta edad. Pero recuerda, si quieres poner a tope tu cuerpo pero no te has ejercitado por años, debes ir progresivamente porque puedes dañar tus articulaciones.
- Si no eres una experta deportista, te recomendamos que acudas a centros especializados. Un profesional puede orientarte adecuadamente sobre aquellas áreas que deseas tonificar, como el abdomen o los glúteos, sin que acabes teniendo problemas de lesiones que afectarán en tu calidad de vida. Mejor uno así…
- No te pongas metas imposibles, pues te frustrarán. Empieza progresivamente y poco a poco aprenderás a conocer tu cuerpo y los días que verdaderamente necesitas ejercitarte a la semana. Al principio, con una media hora tres veces por semana, estará más que bien.
- Si vas con una amiga al gimnasio, no te compares con ella, cada cuerpo es un mundo y tiene su ritmo y necesidades específicas para tonificarse.