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El desayuno es la comida más importante del día, eso lo sabemos todos, lo que no tenemos tan claro es qué tenemos que tomar y cómo tenemos que hacerlo. Pero tranquila, porque conseguirlo cada mañana no es tan difícil como crees, de hecho se puede resumir en tres claves básicas. Empezar el día con una comida nutritiva y saciante no es nada complicado.
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[multipage] Tómate tu tiempo
Lo primero que debes saber es un desayuno saludable requiere de algo de tiempo. Levantarte 10 o 15 minutos antes te permitirá tener un día mucho mejor, así que no es una idea tan descabellada al fin y al cabo. Además, es conveniente que desayunes antes de arreglarte, durante la primera media hora que estás despierta o la hora como máximo.[/multipage]
[multipage]Cambia los dulces por tostadas
En el desayuno es necesario ingerir hidratos de carbono y grasas, pero no sirven todos. Las galletas, los bollos y los bizcochos quedan totalmente descartados, sobre todo si son industriales porque sus grasas son hidrogenadas. La energía que te aportan se gasta enseguida y eso hará que tengas hambre un par de horas después. Sustitúyelo por pan integral o cereales y añádeles grasas saludables como el aguacate o el aceite. [/multipage]
[multipage] Añade fruta y algo de proteína
Los dos elementos que le faltan a tu desayuno ahora son las frutas y las proteínas. Las primeras puedes tomarlas en zumo, compotas, macedonias… y las segundas con un poco de jamón o pavo, huevos o productos lácteos. En caso de que sufras intolerancia a la lactosa, puedes optar por leche de soja, almendra o similar.[/multipage]
