Cómo decirle a mi novio que no quiero usar el apellido de casada

Si has decidido no usar el apellido de casada después de la boda, una decisión que la mujer debe tomar libremente, conviene explicar a tu pareja los motivos por los que quieres mantener tu apellido de soltera. Usar el apellido de casada, aunque no es el caso de países como España, sí es un requisito legal, incluso una tradición cultural y social en Estados Unidos, en algunos países de América Latina, en Reino Unido, Dinamarca, Turquía o Japón, entre otros.

Usar el apellido del marido no solo puede ser visto como una muestra de amor, porque adoptar el apellido del marido implica que será el apellido que llevarán los hijos. Cambiar el apellido de soltera puede hacer sentir cierta pérdida de identidad, por lo que no todas las mujeres están dispuestas a perpetuar esta costumbre. Si eres una de ellas, tus argumentos son sumamente válidos para como para que tu novio respete la decisión.

No quiero llevar el apellido de mi marido

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Decirle a tu novio que no quieres llevar su apellido tras la boda es una muestra de sinceridad, y este es uno de los pilares de cualquier relación de pareja con futuro. Las dudas que puede acarrear hacer algo que pone en duda nuestros principios o convicciones no son la mejor manera de empezar un matrimonio. Para muchas mujeres renunciar a su apellido es una muestra de desigualdad en el matrimonio, y además es cada vez más común preferir mantener el apellido de soltera por cuestiones profesionales y económicas (ser más conocida por su apellido, fundamentalmente).

¿Qué otros motivos puedes exponer a tu novio para mantener tu apellido de soltera? Los cambios de apellidos implican una serie de requisitos y trámites legales, de acuerdo a la legislación de cada país en la que se permite adoptar el apellido de casada. Requisitos como el renovar toda la documentación (carné de identidad, pasaporte, carné de conducir…), lo cual no solo implica tiempo sino un coste económico que, simplemente, puede ser visto como innecesario.
Asi como hay que pensar en el régimen económico del matrimonio, antes de cambiar el apellido hay que valorar qué sucederá en caso de divorcio. En Estados Unidos, por ejemplo, se permite mantener el apellido del ex marido o recuperar el de soltera, aunque esto puede acarrear complicaciones con la documentación.

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