Los jabones no siempre son la mejor opción para tu limpieza facial, pues la mayoría cuentan con ingredientes abrasivos que a la vez que desintoxican y eliminan las impurezas, destrozan la capa de grasa natural de la piel. Por eso, cada vez se están buscando alternativas naturales a las convencionales que permitan limpiar tu rostro sin dañarlo. Un ejemplo es la rutina de limpieza facial con aceite y en EllaHoy te contamos cómo hacerla paso a paso.
Por qué utilizar aceite para limpiarnos el rostro
Si nunca lo has probado, tal vez pienses que limpiar tu rostro con aceite pueda llegar a ser pringoso. Sin embargo, la piel sigue una serie de principios que generalmente la industria de la cosmética obvia: cuanto más limpieza, más grasa. Cuando limpiamos nuestra piel con jabones con parabenos, sulfatos e ingredientes abrasivos arrancamos no sólo las impurezas o maquillaje, sino la grasa natural del rostro, es decir, esa película natural necesaria para protegernos de los factores externos y bacterias y que nuestra piel tenga un PH equilibrado. Para defenderse de este “ataque” la piel comienza a generar su grasa natural de forma desmedida, favoreciendo la aparición de brillos y acné. Es un círculo vicioso del que las personas con piel grasa les cuesta mucho salir.
Al utilizar aceite para limpiar el rostro estamos favoreciendo una reacción química natural y cero agresiva: el aceite disuelve el aceite. Esto hará que la capa natural de grasa de nuestro rostro (y esto lo puedes aplicar a tu cuello, escote e incluso cuerpo) se mantenga equilibrada y los tejidos no produzcan más grasa porque no lo necesitan. Además, si nos basamos en los principios del slow beauty, un mantra fundamental es: si es bueno para tu salud interior también lo será para tu belleza exterior. Es decir, si un aceite es bueno para tu cuerpo y lo puedes ingerir ¿por qué no usarlo en tu piel?
Aceites que puedes usar para limpiar tu tez
Es claro que si no conoces las propiedades de los aceites, es difícil que puedas crear un limpiador de aceite eficaz, ya que no todos los aceites están indicados para el mismo tipo de piel. Un aspecto fundamental que debes tener en cuenta es que lo ideal es que los aceites que uses sean orgánicos y prensados en frío, para que conserven sus propiedades naturales.
Uno de los aceite muy usado en cosmética natural es el aceite de ricino. Algunos no lo recomiendan debido a que para su cultivo se suelen usar pesticidas, pero el producto final no es tóxico, además también lo puedes encontrar orgánico. Es una base ideal para tu cóctel de aceite para limpiar tu rostro, ya que es anti-inflamatorio y astringente y elimina las impurezas, por lo que es perfecto para las pieles grasas y mixtas. Cuanto más grasa tengas la piel, más aceite de ricino necesitarás echar en tu preparado. Por ejemplo, si tienes la piel grasa, añade 1/3 de aceite de ricino y 2/3 de otro tipo de aceite, como el aceite de oliva. Si tu piel es mixta, usa 1/4 de aceite de ricino y 3/4 de otro aceite, y si tu piel es seca, busca un aceite natural muy hidratante y agrega una pequeña cantidad de aceite de ricino.
Algunos de los aceites que puedes usar son:
- Aceite de oliva: ideal para todo tipo de pieles.
- Aceite de jojoba: ideal para todo tipo de pieles.
- Aceite de sésamo: ideal para todo tipo de pieles.
- Aceite de pepitas de uva: ideal para todo tipo de pieles.
- Aceite de argán: pieles secas, normales, mixtas, sensibles y maduras.
- Aceite de coco: pieles secas, normales y maduras (Haz una prueba de piel antes de aplicarlo si tienes la piel sensible, pues puede darte alergia).
- Aceite de ricino: pieles normales y grasas.
- Aceite de macadamia: pieles secas y maduras.
- Aceite de rosa de mosqueta: pieles sensibles y maduras.
- Aceite de aguacate: pieles secas y pieles maduras.
- Aceite de albaricoque: pieles sensibles y maduras.
- Aceite de baobab: pieles secas, mixtas, sensibles y maduras.
- Aceite de tamanu: pieles grasas y mixtas.
Lo ideal es que pruebes hasta que des con la combinación que más se adapte a tu piel. Comienza a hacer purebas de combinaciones a pequeña escala y una vez que des con la tuya, puedes preparar tu aceite en un bote de cristal más grande, preferiblemente oscuro. Guárdalo en un lugar fresco y seco, lejos de los rayos del sol. También puedes añadir unas gotas de algunos aceites esenciales, aunque deberás asegurarte de que son buenos para tu tipo de piel. Por ejemplo, puedes usar aceite esencial de manzanilla para calmar la piel si tienes la piel sensible o aceite de árbol de té para atacar la producción de bacterias en la piel.
Cómo hacer paso a paso una rutina de limpieza facial con aceite
Una vez que hayas elegido el aceite indicado para tu tipo de piel, es el momento de proceder a hacer tu rutina de limpieza facial con aceite:
- Con las manos muy limpias aplica una buena cantidad de aceite en tus manos y masajea con las yemas de los dedos y movimientos circulares tu rostro y cuello con el aceite durante un par de minutos. No humedezcas la cara con agua antes de aplicar el aceite, no es necesario.
- Los masajes deben ser circulares, cuanto más tiempo mejor. Incide en las zonas más problemáticas de tu rostro, es decir aquellas donde suelen aparecer granitos o si tienes piel seca, aquellas en las que suele secarse tu piel. Si tienes tiempo, puedes dejar que el aceite actúe durante 10 minutos. Aprovecha para escuchar música, ver tu serie favorita o hablar con una amiga mientras esperas, para sentir que tu rutina es parte de tu cuidado personal.
- Si estás maquillada procede igual, porque este método es un excelente desmaquillador. Para los ojos y pestañas puedes usar unos discos o algodones y aplicar el aceite con mucho cuidado, sin dañar tus ojos y pestañas.
- Retira el aceite con una toalla húmeda caliente. Deja que el agua del grifo se caliente, sin llegar a arder. Empapa la toalla y escúrrela bien antes de limpiarte el aceite. Pon la toalla en tu cara durante unos segundos hasta que sientas que la toalla se enfría. Este proceso permite abrir los poros de modo que toda la suciedad pueda ser arrastrada. Repite el procedimiento varias veces hasta que sientas que tu piel está limpia. hasta Empapa la toalla y escúrrela bien antes de limpiarte el aceite. Puedes tener varias toallas pequeñas para la semana, pues deben ser lavadas después de cada uso.
- Si tienes problemas de poros abiertos, se recomienda que hagas una última pasada de toalla por tu cara, pero esta vez humedecida con agua fría, para que tus poros se cierren.
- Es posible que tu piel tarde unas semanas en ajustarse a este tipo de limpieza. Ten paciencia, verás cómo en unos días tu piel estará mucho más limpia e hidratada.
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