Ante el asfixiante calor y los fulminantes rayos de sol veraniego lo primero que buscamos para nuestra piel es protección, y para conseguirla acudimos a las cremas solares. Pero no a unas cremas solares cualquiera, sino a unas con un factor de protección elevado. Sin embargo, ¿sabes realmente qué significa el factor de protección de una crema solar y cuál es su función? Si la respuesta es “no”, ¡sigue leyendo!
¿Qué es el factor de protección de una crema solar?
El factor de protección, también conocido como FPS, es el índice con el que se mide la capacidad protectora que posee una crema solar en relación a su no-aplicación.
Es habitual pensar que cuanto mayor sea el número del factor, mayor será la protección que obtengamos para nuestra piel. No obstante, no tiene que ver con la fuerza de su poder preventivo, sino que se refiere a su duración. Por lo tanto, el factor de protección indica durante cuánto tiempo podremos estar protegidas antes de que los efectos nocivos de la radiación ultravioleta tipo B (UVB) puedan darse y, por lo tanto, comiencen a surgir las primeras rojeces y quemaduras solares.
¿Cuál es la función del factor de protección?
Como ya hemos dicho, la función del factor de protección es proteger nuestra piel de los rayos del sol durante un tiempo determinado. El número que indica, por decirlo de algún modo, la durabilidad de su efecto.
¿Cómo funciona el factor de protección?
El factor de protección multiplica su número por el tiempo que nuestra piel natural es capaz de estar expuesta a los rayos UVB sin sufrir daños.
Es decir, si nuestra piel comienza a quemarse tras 10 minutos de exposición solar y utilizamos un FPS +50, esos 10 minutos se multiplican por 50, dando un resultado de 500 minutos de protección (o, lo que es lo mismo, 8,3 horas). Por lo tanto, cuanto mayor sea el número FPS, mayor será el tiempo que estemos protegidas de los efectos nocivos del sol.
¿Cuál es el FPS más adecuado para mí?
Un mismo factor de protección puede actuar de modo distinto en dos personas precisamente porque la piel no es exactamente igual. Puede que unas personas se quemen en cuestión de minutos y otras necesiten de varias horas para adquirir un leve tono rojizo. Por ello, lo primero que has de hacer es conocer tu piel y saber cuánto tiempo tardas en coger color.
Una vez tengas el tiempo más o menos calculado, trata de deducir el tiempo que pasas fuera de casa para saber qué factor necesitarás aproximadamente. Esto te ayudará a dar con el más adecuado para tu piel. No obstante, nuestra recomendación es que siempre utilices una crema solar FPS +50 para estar protegida todo el día y no preocuparte por más que disfrutar tu verano.